cabecera_fuente
Dossier

35 voces que ponen en valor el Patrimonio Cultural del Centro Histórico de Puebla: retos, oportunidades y nuevos compromisos

Jesús Manuel Hernández. Periodista

 

No. 23 

 

La integración del Centro Histórico de Puebla al listado de Ciudades Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO, sin duda, representó tres cuestiones torales. Una, frenar el avance de la piqueta clandestina, de la destrucción del patrimonio edificado, avalado por un sistema de complicidades entre propietarios y algunas autoridades. Dos, la puesta en valor de las características urbanas y arquitectónicas a los ojos del mundo, no siempre bien valoradas por los habitantes de la ciudad. Y tres, la revelación de cómo la suma de esfuerzos entre profesionales y académicos, propietarios y gobiernos puede integrar los expedientes para la defensa del patrimonio y provocar un marco legal para el futuro.

    A lo largo de estos 35 años de la inscripción han sucedido altibajos: la aparición del Consejo del Centro Histórico como órgano auxiliar de la Administración pública estatal en 1991, que coadyuvó en la defensa y divulgación del patrimonio; su posterior modificación en el año 2000, y su completa desaparición en 2002, dando lugar a un vacío legal y a la vuelta de las componendas para alterar el espacio urbano en aras de la plusvalía y no del patrimonio.

    El marco legal de la Zona de Monumentos se ha visto alterado, muchas veces, al contentillo de quien gobierna; un asunto delicado que puede observarse en las modificaciones urbanas en los últimos años derivadas del interés por convertir al Centro Histórico en un emblema turístico y no para sus habitantes.

  El principal reto en el corto y mediano plazo es mantener el listado del patrimonio y emitir programas urbanos que beneficien a todos los usuarios, no privilegiar solo las actividades del turismo, que, en el orden mundial, constituye un alto riesgo para el patrimonio edificado.

 


ÍNDICE

Cuetlaxcoapan 32