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Dossier

35 voces que ponen en valor el Patrimonio Cultural del Centro Histórico de Puebla: retos, oportunidades y nuevos compromisos

Francisco M. Vélez Pliego. Profesor-investigador del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP

 

No. 09

 

"La ciudad de Puebla como espacio de encuentro de la diversidad social y cultural permitiría resignificar los proyectos de política pública orientados a la preservación del Centro Histórico."

 

El próximo 11 de diciembre de 2022, la Zona de Monumentos Históricos en la ciudad de Puebla cumplirá 35 años de haber sido inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, motivo de celebración y de reflexión no solo por lo que implica esta distinción, sino porque es momento de promover un balance integral de las condiciones que guarda el sitio y del conjunto de políticas y acciones que se han desarrollado para preservarlo.

    La puesta en valor de este lugar, tanto desde el punto de vista material como simbólico a lo largo de estos años, tiene, como toda acción gubernamental de largo plazo, aspectos contradictorios y de matices que ilustran las paradojas de la dinámica en la que están insertas las ciudades contemporáneas; la ciudad de Puebla en su conjunto, y el Centro Histórico, ha sido objeto de múltiples estudios, destacándose los realizados con el propósito de identificar y catalogar el patrimonio edificado y urbano; esfuerzos que preceden incluso tanto a la declaratoria de federal de Zona de Monumentos Históricos como a la propia inscripción del sitio en la lista de referencia.

    Otros estudios han sido realizados con fines de planeación,¹ los cuales derivan de la Ley General de Asentamientos Humanos, publicada en 1976, y de sus sucesivas reformas (la última legislación en la materia abrogada en 2016), y dan cuenta de los esfuerzos por preservar las características esenciales del sitio y de regular sus dinámicas económicas, demográficas, sociales y ambientales.

     A lo largo de estos años, las políticas públicas urbanas han tenido como objetivo desconcentrar actividades, siendo las de mayor impacto las relacionadas con los mercados públicos, el transporte foráneo y las de gestión gubernamental, y, en el ámbito de la inversión en el espacio público, las relacionadas con el mejoramiento de superficies de tránsito vehicular y peatonal, el cableado subterráneo, la ampliación y el mejoramiento de parques y jardines. Sin embargo, estas acciones materiales presentan fuertes limitaciones en cuanto a su cobertura territorial, acentuando fenómenos de segregación al interior de la propia Zona de Monumentos Históricos.

   Es un hecho que a lo largo de estos 35 años la ciudad central, el núcleo histórico que la configuró morfológicamente durante el periodo virreinal, se ha transformado, y uno de sus rasgos característicos es la pérdida de población, que pasó al inicio de la década de los noventa, de 86 059 habitantes² a 30 143 para el año 2020,³ motivada en el largo plazo, entre otras causas, por las transformaciones habidas en los diversos segmentos de los mercados inmobiliarios de la vivienda y en las actividades económicas que alberga.

    A 35 años de la inscripción es, sin duda, indispensable, por los resultados hasta ahora obtenidos, repensar y rediseñar las políticas públicas urbanas, teniendo como eje fundamental el desarrollo de acciones de inclusión social, entre ellos, los relativos al repoblamiento mediante la rehabilitación de viviendas y departamentos; la difusión de los valores culturales del sitio, tanto los relacionados con el patrimonio cultural edificado y urbano como aquellos vinculados a sus acervos pictóricos, documentales, naturales, entre otros. En el mismo orden de ideas, es fundamental la recuperación del espacio público en acciones de rescate del patrimonio inmaterial en su diversidad. La ciudad de Puebla como espacio de encuentro de la diversidad social y cultural permitiría resignificar los proyectos de política pública orientados a la preservación del Centro Histórico.

 

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  1. Los diversos estudios desarrollados son los siguientes: Guillermo Gutiérrez Esquivel, 1982, Plan Parcial del Centro Histórico, Alcance territorial: 6.9 km², 391 manzanas; Miguel Pavón Rivero, 1982, Plan de Revitalización del casco histórico de la ciudad de Puebla, 99.73 has., 63 manzanas, 1122 inmuebles; Miguel Pavón Rivero, 1987, Actualización del Plan Parcial del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, 356.36 has, 212 manzanas y 2349 predios; Eduardo Gutiérrez Reyes, 1991, Programa Operativo de Revitalización del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, 6.9 km², 391 manzanas; H. Ayuntamiento del Municipio de Puebla, 1993, Programa Parcial de desarrollo urbano, mejoramiento, conservación e integración del paseo del río de San Francisco, 27 manzanas, 257 has.; Nicolás López Tamayo, 1995, Programa parcial de desarrollo urbano y conservación del centro histórico de la ciudad de Puebla, 6.9 km², 391 manzanas; Francisco M. Vélez Pliego (Urbavista S. C.), 2003, Plan para la Recuperación de la Zona de Monumentos en la Ciudad de Puebla, 6.9 km², 430 manzanas, 7300 predios; Consorcio Universitario, 2015, Programa Parcial de Desarrollo Urbano Sustentable del Centro Histórico del municipio de Puebla, 6.9 km², 430 manzanas; Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, UNAM, 2021, Plan Integral de Manejo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, 7.1 km².
  2. INEGI, Censo de Población y Vivienda 1990, estimación Programa Operativo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, 1990, p. 33.
  3. UNAM-PUEC, 2021, Plan de Manejo del Centro Histórico de Puebla, tabla 1, pp. 9-10.

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