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Letras para la ciudad

CERCA DE LO DIVINO Y ETERNO

Diana Isabel Hernández Juárez

Nací y vivo en la majestuosa Ciudad de Puebla de los Ángeles. He vivido y disfrutado intensamente de sus calles, casas y barrios antiguos, también de las nuevas colonias, unidades habitacionales y fraccionamientos, que se han multiplicado por todos lados.

     La ciudad más grande y querida del mundo es la que caminan mis pasos todos los días. Aquí vivimos, trabajamos, estudiamos, soñamos y creamos. Puebla es un centro multicultural, en donde conviven las más variadas y caóticas expresiones artísticas y sociales. Ángeles y demonios cruzan por las aceras de adoquín, espiritualidad, tradición e historia se respiran en cada esquina.

    Todas las zonas tienen su encanto, pero mi favorita es el Centro Histórico, es como un enorme santuario: lleno de iglesias, obras de arte, edificios arquitectónicos de diferentes siglos. Por sus calles pasado, presente y futuro se encuentran. Arte del sincretismo en su máximo esplendor: expresiones de arte virreinal, mestizo, clásico, neoclásico, barroco, moderno, posmoderno y vanguardias.

    Las actividades culturales, sociales y de poder (políticas, económicas, académicas y religiosas) circulan en el Centro Histórico. Un principio fundamental de las ciudades hispanoamericanas es la conformación de un centro, alrededor del cual crecen y se extienden las urbes. El Zócalo es el corazón de este centro, en donde emergen la Catedral, el Palacio Municipal, anteriormente el Palacio de Gobierno, y a unas calles el edificio Carolino (origen de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla), el Palacio de Justicia, bancos y oficinas.

     He tenido la fortuna de estudiar y trabajar en algunos de los hermosos edificios del Centro, inmuebles con una gran historia y características arquitectónicas diversas, que han modificado su uso con el paso del tiempo. En su origen fueron casas habitación, ahora son escuelas y oficinas.

    Es un halago para los sentidos leer, escribir, escuchar y dar clases al amparo de ángeles, santos y vírgenes, plasmados en techos y paredes, frente a enormes ventanales, que iluminan perfectamente los salones de los siete edificios históricos que tiene la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP. En estos espacios antiguos se han instalado los instrumentos de la modernidad, computadoras, internet, proyectores, pantallas, laboratorios y muchas cosas más. Estos sitios vetustos recobran vida con la juventud y alegría de los estudiantes.

 

Edificio Sor Juana Inés de la Cruz, 3 oriente 214, Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica

 

Nombrado así por la comunidad del COLLHI en homenaje a la escritora más grande de todos los tiempos y en alusión al trabajo que se realiza aquí: el estudio de las letras. Esta casona se construyó durante el Porfiriato, en la segunda mitad del siglo XIX. El primer registro del inmueble data del 7 de octubre de 1877, marcado entonces con el número 14, de la Calle de los Infantes.

    De estilo neoclásico eclecticista, es un edificio con gran belleza en su estructura y cada uno de sus detalles, que han sido preservados a lo largo del tiempo, aun cuando ha tenido variados usos. Fue adquirido por nuestra Universidad en 1984, contribuyendo a preservar el patrimonio histórico y proporcionar un espacio al Colegio de Letras.

   El Yoloxóchitl domina el centro del patio, genera frescura, oxígeno y verdor a toda la casa y salones. Es el árbol del corazón y de nuestros corazones, magnolia mexicana, cuya flor y semilla, dicen los herbolarios, cura los males del corazón, ya sean cardiacos o de amores contrariados.

     ¿Cuántos sueños de tantas generaciones de estudiantes ha visto el Yolo?

     ¿Cuántos romances juveniles han vivido bajo su sombra?

   Desde que estudié la licenciatura ahí estaba. Me fui a recorrer el mundo y a trabajar en diferentes lugares, regresé y me volví a encontrar con él y con su fortaleza. En primavera se llena de flores blancas, mientras que en otoño e invierno nos regala sus piñas de semillas, que alegres caen sobre nuestras cabezas.

 

Los otros edificios históricos de la FFyL son:

» Arronte o Casa de los Cañones: Dirección, cubículos y Biblioteca

» Ricardo Flores Magón: Colegio de Historia

» Gabino Barreda: Colegio de Filosofía

» Casa del Pueblo: Posgrados

» Alfonso Reyes: Colegio de Procesos Educativos

» Don Bosco: Secretaría académica y oficinas

 

    Cada uno de ellos tiene una gran historia, un activo presente y un luminoso futuro en el desarrollo de los estudios humanistas, frente a las leyes del mercado y lo desechable. Actualmente, tengo un cubículo en el tercer piso del Arronte, en donde abro la venta y observo las torres de la Catedral, y los demás edificios de alrededor, mientras el cielo cambia con los colores del atardecer.

     La cotidianidad en la que trabajamos y estudiamos hace que, a veces, dejemos de valorar la belleza de estos espacios en la medida de su funcionalidad. Sin embargo, nuestra sensibilidad se impone y al mirar con atención, nos damos cuenta de que no se trata de simples espacios o salones cualquiera; al contrario, estamos en recintos con vida y tradición, en los que se respira historia, arte y cultura, que trascienden lo común, para inspirarnos y elevar nuestras mentes y espíritus cerca de lo divino y eterno.

 

Sobre la autora

Diana Isabel Hernández Juárez. Docente e investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP. Es integrante del Cuerpo Académico de Márgenes del Canon en la Literatura Hispanoamericana. Sus líneas de investigación son la literatura femenina, el posmodernismo y la literatura de vanguardia.


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