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Enfoque al patrimonio

Tepalcayotl y el Jagüey Zoquiaqui

Rafael García Salas¹

La pirámide de Tepalcayo. 1929. Carlos Alonso Miyar. La pirámide de Tepalcayo. 1929. Carlos Alonso Miyar.

Les contaré un poco sobre las tierras de San Francisco Totimehuacan del cual soy originario. Aquí nacieron mis abuelos, quienes eran hablantes de náhuatl, mis padres, mis hermanos, mis hijos y yo; los cuales hemos disfrutado de estas tierras de gran abundancia. La Junta Auxiliar de San Francisco Totimehuacan, cuyo nombre quiere decir “lugar de pájaros hermosos” o “lugar en donde abundan las aves”, pertenece al municipio de Puebla, antaño conocido como Cuetlaxcoapan.

Aquí en Totimehuacan se encuentra la zona arqueológica conocida como Tepalcayotl, también designada como “tortuga de agua”. En torno del zacuali (nombre náhuatl para pirámide) habitaron nuestros ancestros. En sus alrededores había otros tres más. Nuestros antepasados habitaron el cerro Chiquihuite, el cual fue utilizado para realizar ceremonias como la del sol; para estos efectos ceremoniales, o en beneficio del cultivo, terminaron por aplanar el cerro.

Desde muy pequeño observaba y recorría este majestuoso lugar, que estaba lleno de agua. Por la zona donde hoy es el Batán había un nacimiento de agua que llegaba hasta el jagüey; cerca de allí había un manantial conocido como la Tacita, así como una corriente de agua del lado de Tepalcayotl. Toda esta tierra era abundante en agua, la cual permitía tener pozos en las casas a muy poca profundidad para el consumo familiar. No había agua potable, sin embargo, podíamos bañarnos y nadar en el jagüey. La riqueza de agua favorecía al cultivo. Se tenían buenos sembradíos y las cosechas eran copiosas. La comunidad se caracterizaba por tener gran variedad de plantas frutales. En fin, todo el lugar era una belleza.

Zona arqueológica de Tepalcayotl

El tiempo pasó y Tepalcayotl fue quedando abandonado. Posteriormente, la mancha urbana nos invadió. Antes se observaba el montículo más grande de como lo conocemos hoy en día debido a que algunas viviendas se han construido en el espacio que le pertenece a la zona del Tepalcayotl, creando situaciones irremediables, ya que las autoridades no asumieron un control sobre la situación. Sin embargo, pienso que si trabajamos todos juntos podríamos ayudar para detener su destrucción.

El basamento de Tepalcayotl, según su posición, está orientado de poniente a oriente, en sentido al volcán Popocatépetl. Tiene tres niveles.

Para llegar al tercer nivel se sube por el poniente, para la cima por el oriente. Su interior tiene un túnel principal que termina en tres cámaras, una a la izquierda, una en el centro, y otra a la derecha. Si bien es cierto que las teorías mencionan la existencia de un centro ceremonial y un observatorio, la verdad es que aún queda mucho por estudiar y descifrar de este complejo ancestral para poder comprender su historia.

En Tepalcayotl y sus alrededores se encontraron vestigios de tepalcates, tales como fragmentos de vasijas, algunas figuras, joyas, jarros y platos. Recuerdo que la gente que cultivaba llenaba cubetas con dichos objetos. En la cosmovisión ancestral se creía que cada 52 años todas las familias destruían, enterraban u ofrendaban sus vasijas, herramientas o figurillas a la madre tierra, ya que reiniciaban con todo nuevo, se iniciaba un nuevo ciclo.

Un día, no recuerdo muy bien la fecha, llegaron unos alemanes a destapar el Tepalcayotl para investigarlo, y de acuerdo con las memorias locales se llevaron algunos objetos valiosos, incluso destaparon un cofre de piedra que se llevaron sin mostrar qué tenía en su interior. En pocas palabras, saquearon el sitio arqueológico, pero lo importante es saber que nuestras raíces están aquí en Tepalcayotl Totimehuacan.

Como solución, intentamos contactar con el Instituto Nacional de Antropología e Historia y el Gobierno del Estado para que nos ayudarán a proteger la zona; ellos nos dijeron que si queríamos realizar algo lo hiciéramos a nuestra manera y como se pudiera. Lamentablemente no se pudo, ya que necesitábamos dinero para acomodar todo. Cuando los alemanes realizaron el agujero, lo taparon con una lámina, la cual la gente quitaba, desbarataba y se llevaba lo que encontraba. Yo quería que se realizara un buen trabajo para que ya no estuviera ese agujero, sin embargo, por más intentos que realizamos para tapar la lámina, la gente lo seguía destapando. Desde entonces, me percaté que necesitamos provocar la conciencia de la gente, entender que tenemos que respetar y apreciar nuestras raíces ancestrales, logrando, de este modo, mantener nuestra cultura viva.

El pueblo antes se dedicaba a la agricultura y cuidado del ganado, se realizaba el trueque, y la gente venía aquí de muchos lugares, como los Volcanes, Cholula, Atlixco, etc. Intercambiábamos semillas, plantas y animales. Gracias a ello, todos nos beneficiábamos de distintas culturas, compartíamos alimentos y conocimientos, así las comunidades estaban más unidas.

También practicábamos el Tequio entre vecinos y comunidades, el cual consistía en la limpia, con palas y picos, de las zonas comunes a la población, como canales y ríos, para asegurar la llegada del agua al jagüey, la cual corría libremente por los arroyos antes de que se captara con la presa de Valsequillo. Asimismo, la convivencia entre familias, amigos, vecinos, y comunidades se llevaba a cabo en fiestas comunales y familiares. Sin embargo, a medida que la población fue creciendo, se fueron destruyendo más los zacualis, ya que aprovechaban esos montículos de piedras para construir sus casas, y eso fue deteriorando la zona.

Jagüey Zoquiaqui

El jagüey le pertenecía a la ex hacienda de San Juan Xilotzingo. Era más grande de lo que es hoy en día, pero con el tiempo se fue reduciendo. Mi padre y varios vecinos buscaron defender los terrenos contra supuestos ejidatarios. En este terreno se acumulaban grandes cantidades de agua que funcionaban para regar los cultivos cercanos de la comunidad, los cuales abarcaban desde Xilotzingo hasta los alrededores de San Esteban. Todos ayudábamos en el mantenimiento de este lugar para que cuando llegasen las lluvias el agua corriese hasta el jagüey. También existían otras afluencias que provenían de distintos lugares. Una de éstas provenía desde Camino Real, que fue creado por los abuelos; ahora es conocido como San Manuel, y fue bloqueado por la carretera.

 

Flora en jagüey zoquiaqui.

Después de la muerte de mi padre (un hombre defensor del territorio y curandero), asumí la sucesión de derecho del terreno, y hago público que se levantó una demanda en mi contra para despojarme de éste. El juicio duró 13 años. En ese lapso de tiempo encontré papeles que indicaban que el Jagüey Zoquiaqui era parte de la ex hacienda de San Juan Xilotzingo, por lo tanto no era territorio del ejido. Los documentos fueron presentados en el juicio, pero los ejidatarios mostraron papeles que decían lo contrario… ¿Qué pasó ahí? No lo sabemos. Aquí entra un terciario, el cual concuerda que el jagüey era parte de la ex hacienda; con esto el juicio se quedó detenido durante 4 años. Actualmente, el lugar está con la sentencia de corto plazo de desaparecer.

Pongo de manifiesto a la ciudadanía los sucesos, para generar conciencia y evitar el despojo. Aún queda espacio en los terrenos del jagüey, pues en una parte hay fábricas y en otra el colegio de bachilleres. La parte libre está distribuida de la siguiente forma:

  1. La parte del jagüey, que es un humedal importante para la vida de la flora y fauna silvestre, tiene especies endémicas como ajolotes, peces y aves migratorias como patos, garzas y pájaros. Cuenta con una gran variedad de plantas, que proporcionan oxígeno, alimento para animales y humanos, además de su uso En pocas palabras, tener un humedal en la ciudad favorece la retroalimentación de los mantos acuíferos para que éstos nos proporcionen agua, tan importante para la vida.
  2. La parte de terreno firme, cerca del jagüey, había sido un lugar en el que los niños, jóvenes y adultos jugaban fútbol, las familias se ejercitaban, hacían días de campo y el festival de viento libre con papalotes, fomentando la sana convivencia, hasta que los ejidatarios pusieron una reja que obstruyó el paso a los lugareños hace como 7 años, cancelando todas estas actividades.

Centro de Investigación Anahuaca de Sabiduría Ancestral

Este espacio es muy significativo. Cerca del jagüey está mi casa, y contamos con las siguientes actividades disponibles para quien quiera llegar:

  1. Desde la medicina natural, tenemos varios temazcales en los que la gente entra para tener salud del cuerpo y espíritu, pues el temazcalli tiene la función de depurar, prevenir y curar, además de plantas medicinales muy efectivas para la salud.
  2. También tenemos un juego de pelota ancestral, en el que se realizan torneos con los jóvenes y adultos interesados.
  3. Enseñamos la cosmovisión ancestral, por medio de las ofrendas a los abuelos, a los muertos y a los guardianes con el propósito de no perder nuestros orígenes.
  4. Tenemos perros xoloitzcuintles, el perro ancestral; ajolotes, que cuido en el jagüey zoquiaqui por ser un animal representativo de la cultura ancestral.

Propuesta

Se hace un llamado a los vecinos de San Francisco Totimehuacan, a las colonias aledañas, personas interesadas, y a las autoridades correspondientes, para recuperar este espacio como área verde de flora y fauna silvestre, un espacio público de sana convivencia que por antigüedad y derecho nos corresponde.

 

Centro de Investigación Anahuaca de Sabiduría Ancestral.

Los invitamos a sumarse a las siguientes actividades:

  1. Aun estamos en época de siembra, por lo que se invita a reunirse los sábados para empezar a armar las chinampas para el cultivo sobre el jaguey, que serán de hortalizas naturales, libre de agroquímicos. Con expectativas a futuro de ser un proyecto sustentable y que además genere economía local.
  2. Participar en la práctica del juego de pelota como un deporte; una forma de convivencia y recuperación de nuestra cultura.
  3. También a que asistan a las sesiones de las ceremonias de En mayo de 2022, tendremos un encuentro intercontinental que cada cuatro años se realiza, con abuelos de gran sabiduría que vienen de algunos lugares del continente americano, antes nuestro grandioso Anahuak a compartir la palabra, su medicina y su sabiduría.

Entre todos tenemos el compromiso de salvaguardar el patrimonio ancestral, de mantener viva nuestra cultura comunitaria, con amor a nuestras raíces. 


¹ Abuelo Itztitlecutli Tekpatl (Rafael García Salas), guardián del jagüey Zoquiaqui