Mi historia en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla

Taherba, fabricación artesanal de balones, tradición viva desde 1952

 

Yesenia Hernández García

Urbanista

 

Don Cristóbal González Espino es propietario del Taller de Hechura y Reparación de Balones de Cuero (TAHERBA) desde el año de 1952; es decir, es un oficio que ejerce desde hace más de setenta años. Este oficio comprende dos saberes: la producción y la reparación. El taller se encuentra ubicado en el Centro Histórico de Puebla, en la calle 4 Oriente 416, local D, pero el local tiene vista por la calle 6 Norte.

  En el interior del local se observan un mostrador, estantería, parte de los instrumentos de trabajo, parte de los insumos; y fotografías que dan cuenta de sus recuerdos de antaño y del oficio que ha desempeñado. No podían faltar otros productos como balones y peras de boxeo.

  Don Cristóbal se inició en la reparación de balones desde los dieciséis años. Con don Fabián Paredes aprendió todo lo relativo al uso de la piel; de tal manera que con la técnica empleada, los balones llegan a tener una vida útil de más de treinta años.

  Don Cristóbal menciona con orgullo y gusto que reparaban balones a diversas escuelas que solicitaban estos servicios; algunas de las instituciones que recuerda son el Colegio Benavente, el Instituto Oriente, el Seminario Palafoxiano, entre otros.

  Actualmente los principales clientes son extranjeros quienes llegan al local para realizar pedidos de elaboración y/o reparación de balones; también produce y vende los esféricos, costales de entrenamiento y artículos de box como peras. Asimismo se dedicaba a dar clases de costura de balones.

  Con el paso del tiempo ha mantenido vigente su taller y comercio de balones pese a los cambios tecnológicos, nuevos materiales, reglas deportivas y técnicas que don Cristóbal atribuye a la modernidad de la ciudad. Dicho proceso ha costado el cierre de varios talleres de la cadena productiva: unos dedicados a la reparación, otros a distribuidoras de materiales, unos más a fabricantes de materiales; frente a esta situación una gran cantidad de personas cambiaron de oficio o empleos.

  Además, la pasada pandemia de COVID-19 redujo notablemente la demanda de trabajo y le ha golpeado en los ingresos económicos. Pese a sus 85 años, don Cristóbal, quien es de los últimos artesanos dedicados a la elaboración y reparación manual de balones de cuero, continúa realizando este mismo oficio cotidiano porque lo mantiene vivo y le gusta hacerlo.

  Nuestro reconocimiento.