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ACERVOS ANGELOPOLITANOS

Las disposiciones y los reglamentos para el municipio de Puebla:

la imperiosa necesidad de ordenar la vida pública y problemática de su conservación.

Carlos Ezequiel Barba Merizalde¹ María Teresa Petlacalco Moreno²

Cuando transitamos por los archivos, sobre todo los que han recogido cinco siglos de historia, con testimonios tan diversos como los que se resguardan en el Archivo Histórico del Municipio de Puebla, podemos hacer múltiples lecturas, que van más allá de los documentos escritos. En este sentido, desde el punto de vista de la información no escrita, hasta el mínimo detalle sobre la composición y conformación de un acervo puede aportarnos información valiosa.

Entre la documentación que resguarda este archivo tenemos los volúmenes que componen la serie denominada “Disposiciones Municipales”. En ella se compilan todos aquellos reglamentos, disposiciones, acuerdos, reformas, bandos, leyes, decretos, entre otros, que debió observar el Municipio y que abarcan un periodo que va desde la segunda década del siglo XIX hasta la última del XX. Así, en un esfuerzo de unificación, se creó un cuerpo documental que agrupa la reglamentación para el Municipio en distintos momentos políticos en que se pretendió regular todos los aspectos de la vida de las ciudades y sus habitantes. 

Para asegurar la conservación y preservación de los volúmenes antes mencionados fue necesaria una adecuada intervención sobre los mismos. En un primer acercamiento, observamos el cambio de uso de materiales, sistemas constructivos y formas de almacenamiento documental con la intención de preservar su contenido. No obstante, la idea de conservación muchas veces se ve fracturada por distintos factores, entre los cuales debe considerarse el uso y función que se le ha dado o dará al material documental, al material sustentado³ y material sostenido (tintas y papel), a los materiales utilizados para encuadernar o el sistema constructivo de la encuadernación; todos ellos, trabajan como un engranaje que, en conjunto, forman una máquina llamada: tomo o volumen.

En este trabajo, nos centraremos en narrar el estado de conservación de los volúmenes I, II y III de la serie de Disposiciones Municipales, a través de la descripción del estado de conservación en el cual se encontraron, así como el proceso de intervención en sus diferentes niveles, de acuerdo con el deterioro que presentaban y las soluciones de almacenamiento que se realizaron para prolongar su vida útil, es decir, afianzar la función y uso que continúan dando a quienes acuden a ellos como fuentes de investigación y preservar .

Debe considerarse que cada documento que conforma el volumen fue generado y pensado de manera independiente, los cuales se almacenaron siguiendo su fecha de expedición, generando una compilación de Acuerdos y Disposiciones político-administrativas del Municipio. Estos documentos se encuadernaron en consideración a lo ya mencionado, de tal forma que uno de los principales problemas a los que se enfrentó el encuadernador fue la diversidad de formatos de los documentos expedidos.

 
Los materiales y técnicas 

El soporte de los documentos anteriormente mencionados es papel de pulpa de madera, elaborado de forma mecánica en su mayoría; y entre los materiales sustentados tenemos tintas tipográficas. En menor número, también hay documentos manuscritos con tinta ferrogálica, por ejemplo, en el primer volumen, fojas 1-2, se encuentra el “Reglamento provisional para el gobierno interior del H. Ayuntamiento”; en las fojas 147-152, el “Proyecto de reglamento económico de la Secretaría del Patriótico Ayuntamiento”; y en las fojas 327-328, el “Reglamentos-Índice”.

Los cuerpos están unidos con costura de diente de perro y tres incisiones que cumplen la función de estaciones donde se sujetan tres nervios de hilo de yute, mismo que sirve como el anclaje del cuerpo a la cartera. La lomera, por su parte, tiene un encolado con cola de origen animal y el lomo curvo forma una media caña y un cajo. La cartera que protege al cuerpo es una media encuadernación con el lomo de cuero y papel jaspeado que cubre las tapas frontal y posterior. Los lomos están conformados por cinco secciones, en el segundo cuadrante se inscribe el nombre de la serie, en la cuarta sección está inscrito el año y número de cada volumen.

La tarea de trabajar con documentos de diversos formatos, que van desde reglamentos de 16 cm de alto hasta bandos de 148 cm de alto, en una primera compilación, implicó realizar una serie de dobleces que permitieran una fácil apertura y despliegue. Así, los documentos de gran formato presentan una serie de 6 dobleces a lo ancho y 3 de alto para llegar al formato establecido para la encuadernación.

Sin embargo, el paso del tiempo evidencia el cúmulo de deterioros dados por sus materiales constitutivos, los factores ambientales, la manipulación y almacenamiento, por lo cual requirieron un trabajo de intervención mayor. Los trabajos de restauración iniciaron con la elaboración de una ficha de estado de conservación para poder realizar un diagnóstico y una propuesta de intervención.

El proceso de intervención

 

El primer paso consistió en la limpieza para la eliminación de polvo ligero y de elementos añadidos al volumen (grapas, cintas adhesivas, etc.). Se debe considerar que aquello que llamamos polvo puede contener partículas metálicas, grasa, esporas, entre otros residuos, causando retención de humedad y se favorezca el desarrollo de insectos y microorganismos que afectan la integridad del volumen y a quienes lo consultan. En este paso, se eliminó la cola de la lomera, la cual se encontraba oxidada y cristalizada. También se eliminó la costura de diente de perro que había generado roturas en el borde de la hoja, provocando tensión y resistencia a la apertura.

El principal efecto de deterioro que provocó realizar varios dobleces en los documentos de gran formato fue la deformación del material. Los pliegues generados por el aplastamiento en el momento de doblar el papel y el peso del propio cuerpo ocasionaron microrroturas de las fibras, tornándolo frágil en la longitud de este. En el momento en que se despliega el documento, y al retornar a su posición original, permanece el doblez generado en forma de surco cóncavo o convexo debido a la memoria en la hoja difícil de corregir; un pliegue inexacto o incorrecto puede generar una arruga que influye en la flexibilidad del papel o en posteriores deformaciones. Con el paso del tiempo, la iluminación, los factores ambientales, los materiales con los que fue elaborado el papel y las condiciones de uso, provocan que el soporte vaya perdiendo flexibilidad por resequedad y se va fracturando, ocasionando la pérdida de soporte.

Ante este daño, se realizó el reencolado, la devolución de plano y humectación parcial del documento por vaporización o aspersión. En aquellos documentos que el soporte no permitía su manipulación se laminó colocando un soporte auxiliar; en los dobleces se colocaron refuerzos, y si era necesario se cambiaba la posición del doblez para no fatigar la zona ya debilitada, y en aquellos faltantes mayores a 10 cm² se colocaron injertos. Todos los procesos se realizaron con materiales compatibles con el original, reversible, retráctiles y no invasivos (papel japonés tengucho de 5 gr, sekishu de 15 gr para refuerzo), laminado e injertos (almidón de trigo y methilcelulosa como adhesivos).

 

Se resolvió dividir los volúmenes de acuerdo con los tamaños de impresión, si bien esto consideraba perder la continuidad del folio, permitiría a los documentos mantener una posición adecuada y evitar así las marcas por aplastamiento debido a la diferencia de tamaños. Finalmente se colocaron los documentos en guardas de primer nivel fabricadas en material libre de ácido, y con la idea de evitar que se pierda la conformación de los volúmenes se construyeron contenedores que mantendrían los diferentes formatos unidos. Los trabajos realizados en el Taller de Restauración documental del Archivo General Municipal, como el aquí descrito, buscan resolver las problemáticas que el paso del tiempo ha ido ocasionando. Cabe destacar que las tareas de conservación también observan a aquellos que consultan los documentos como agentes activos en la preservación y divulgación de tan importantes testimonios.

Licenciado en Restauración y Museología por la Universidad Tecnológica Equinoccial del Ecuador y responsable del Taller de Restauración documental del Archivo General Municipal de Puebla en convenio con la Asociación Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México, A. C.

Material sustentado: todo el que se encuentre plasmado sobre un soporte y que puede ser de diferente naturaleza como grafito, tinta, carboncillo, pastel, tiza, acuarela, etc. Al respecto véase: http://www.adabi.org.mx/publicaciones/artEsp/ccre/importanciaLimpieza.pdf.