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Enfoque al patrimonio

El patrimonio en tus manos

Jonatan Moncayo Ramírez ¹

El proyecto de la denominada Lista del Patrimonio Mundial se pensó, en sus primeros esbozos, como una extensión de las “siete maravillas del mundo”, encaminada a destacar los majestuosos y notables monumentos que daban cuenta de la capacidad constructiva de los seres humanos a lo largo del tiempo. A partir de la Convención del Patrimonio Mundial de 1972 realizada en París, donde se puso de manifiesto el peligro y las amenazas de destrucción de los bienes culturales y naturales, el proyecto se constituyó en una herramienta destinada a resaltar aquellos bienes que contaban con un interés excepcional y que exigían, por sus propias características, ser conservados como elementos del patrimonio mundial. De este modo, en 1978 se realizaron las primeras declaratorias. Aquel primer listado, conformado por 12 bienes, centró su atención principalmente en monumentos históricos y sitios arqueológicos, como la Catedral de Aquisgrán en Alemania, considerada la más antigua de la Europa septentrional, cuyos trabajos de construcción comenzaron en tiempos de Carlo Magno (ca.742-814); o bien, las Iglesias excavadas y esculpidas durante el siglo XIII en la roca de Lalibela, once estructuras monolíticas insertas en el paisaje montañoso de Etiopía. También se enlistaron bienes naturales como las Islas Galápagos, aquellas que recorrió el joven naturalista Charles Darwin en 1835, islas volcánicas que le permitieron desarrollar su teoría de la evolución plasmada en su obra El origen de las especies.

 

Entrega de Aventuras ilustradas a hijas e hijos de artesanos en el Barrio de La Luz. 2020. Foto de Emma Lisbeth Hernández Solis.

De igual modo, la ciudad de Quito, fundada el 6 de diciembre de 1534 sobre las ruinas de una antigua ciudad inca, fue incorporada en el Listado, debido a que su Centro Histórico es el mejor conservado y menos alterado de toda América Latina. Asimismo, el Centro Histórico de Cracovia (ciudad mercantil del siglo XIII y antigua capital de Polonia) fue incluido en virtud de sus numerosas edificaciones históricas, ricamente ornamentadas, además de contar con vestigios de murallas medievales, antiguas sinagogas, la Universidad Jaguelónica y, por si fuera poco, la plaza del mercado más grande de Europa.

  

Aquel primer Listado estuvo constituido por bienes naturales y culturales ubicados en Alemania, Polonia, Ecuador, Etiopía, Senegal, Estados Unidos y Canadá. Lo que quiero resaltar es que, a partir de la puesta en valor de las ciudades de Quito y Cracovia (primeros conjuntos urbanos considerados Patrimonio Mundial), de manera gradual se fueron incorporando otros centros históricos, como el de Roma (1980), Varsovia (1980) o Florencia (1982). Lo más significativo es que fueron los países iberoamericanos quienes fomentaron, con mayor ahínco y perseverancia, la incorporación de sus centros históricos al Listado del Patrimonio Mundial. ⁴ Así lo constatan las inscripciones de Antigua Guatemala (1979), la Ciudad Histórica de Ouro Preto (1980), Centro Histórico de la Ciudad de Olinda (1982), la Ciudad de Cusco (1983), San Salvador de Bahía (1985), etc.

Por lo tanto, no es casual que en el año de 1987 al tiempo que el Centro Histórico de Puebla era incorporado al mencionado Listado, ⁵ sucediese lo mismo con el Centro Histórico de México, Brasilia, el Centro Histórico de Oaxaca y la Ciudad de Potosí (Bolivia). Así pues, Así pues, las ciudades iberoamericanas, desde varias décadas atrás, han mostrado patrimonio contenido en sus centros históricos, lo cual representa, a su vez, múltiples desafíos.

En relación con los diversos retos que implica una adecuada gestión de los centros históricos, además de las propias particularidades y exigencias urbanas que se viven en el día a día, las distintas autoridades encargadas de su cuidado deben ser conscientes que el patrimonio cultural no es algo fijo ni estático, ni perteneciente exclusivamente a un sector privilegiado de la población, pues posee movimiento y está sometido a diversas y continuas reinterpretaciones. Hoy en día se reconoce que las ciudades son el rostro visible de las identidades de sus habitantes donde coexisten un sinfín de expresiones intangibles. Esto le da sentido al lugar que habitamos. Es decir, la valoración del patrimonio cultural de los centros históricos no corresponde únicamente a la preservación de edificaciones monumentales con relevancia histórica o artística, sino más bien a la comprensión y reconocimiento de un conjunto de dinámicas, acciones y creaciones de mujeres y hombres que han logrado prevalecer y adaptarse a lo largo de los años.

Con esto en mente, desde la Coordinación de Vinculación del Centro Histórico y Patrimonio Cultural se realizaron, entre los años 2020 y 2021, una serie de publicaciones encaminadas a mostrar el importante vínculo social del patrimonio, las cuales tuvieron como objetivo la atención de diversos públicos, desde el infantil hasta los adultos mayores. En este punto, es necesario recordar los desafíos provocados por la pandemia de covid-19, los cuales han podido afrontarse gracias a la alianza con académicos, instituciones y la ciudadanía. Si bien a lo largo de este tiempo lo que ha prevalecido es la incertidumbre, la nueva normalidad nos obligó a replantear muchas de las estrategias encaminadas a garantizar el derecho de toda la sociedad a conocer y disfrutar de su patrimonio.

 

Entrega de publicaciones en San Felipe Hueyotlipan. 2021. Foto de Hazael Yair Barragán Sánchez.

 

El canal de YouTube de la Gerencia tuvo como primer cometido alojar el programa “Historias, paisajes e imaginarios. Diálogos y reflexiones sobre el patrimonio cultural de la ciudad de Puebla”, el cual se convirtió en un espacio para que investigadoras e investigadores de distintas disciplinas difundiesen al gran público, en un lenguaje ameno, la diversidad y riqueza del patrimonio angelopolitano. A partir de 10 entrevistas, pudimos conocer la historia de la fábrica la Constancia Mexicana, la pintura del siglo XVIII de la Inmaculada Concepción ubicada en la sacristía de la Catedral, los estudios y hallazgos de la arqueología urbana, el patrimonio edificado de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la importancia de realizar y promover investigaciones sobre infancia y patrimonio, cómo realizar una lectura sobre los retablos y en qué iglesias se encuentran algunas de las reliquias más importantes, cómo efectuar nuevas narrativas sobre el patrimonio a partir de la escritura de crónicas, cómo pensar el patrimonio de lo global a lo local, o bien descubrir a personajes olvidados como el artista José Manzo y Jaramillo.

 

Entrega de publicaciones en el Barrio del Refugio. 2020. Foto de Emma Lisbeth Hernández Solis.

 

Esta misma revista, Cuetlaxcoapan: enfoque al patrimonio, modificó su estructura desde el número 21, para dar cabida a contenidos que tuviesen como eje la historia social y cultural de Puebla. Más allá de los lugares comunes, a lo largo de sus páginas se plasmaron artículos de divulgación sobre historia de la infancia, los espacios y ritos funerarios, los actores e instituciones que han respondido ante las emergencias sanitarias, la importancia de la arqueología urbana, el ferrocarril, las rutas de la imaginación trazadas por los museos, así como los sitios arqueológicos de las Juntas Auxiliares. Para fomentar la participación de las y los habitantes de Puebla, fueron vitales las secciones #Pueblagram, Recuperando el patrimonio, Acervos angelopolitanos, Comercios con tradición, Páginas de la ciudad, Bitácora del Centro Histórico y Te recomiendo Poblano. Con esta nueva modalidad, la revista nunca pretendió ser un espacio exclusivamente académico, sino un punto de encuentro entre investigadores, gestores culturales y ciudadanía.

 

Entrega de publicaciones en San Felipe Hueyotlipan. 2021. Foto de Hazael Yair Barragán Sánchez.

 

Escuadrón Patrimonio. Misión por Puebla, dirigida a las y los jóvenes, fue el resultado de un taller de creación de guion para novela gráfica. Para las niñas y niños se publicó Aventuras ilustradas en el Centro Histórico, volumen 1 y 2. De la mano de los personajes Carmen e Ignacio, quienes cuentan con 8 años y viven en las inmediaciones del Parián y el Mercado La Victoria, las y los lectores redescubren una ciudad que se devela mágicamente frente a sus ojos, pues las edificaciones cobran vida, las calles se convierten en laberintos y cada esquina, rincón o barrio contiene acertijos y misterios por descubrir. Estos cuadernillos incitan a la participación directa de sus lectores, a formularse preguntas y tratar de indagar las respuestas; exponen que lo más importante con relación al patrimonio cultural son los lazos familiares y sociales. A lo largo de sus páginas se explica que, si bien Puebla ha crecido inmensa y aceleradamente, lo que la distingue y la hace diferente a otras ciudades se encuentra en su Centro Histórico, el cual ha logrado subsistir al paso de los años, un lugar fascinante, el cual nos invita, a la menor provocación, a viajar en el tiempo. Puebla se reconoce en el mundo y el mundo se reconoce en Puebla, por eso nuestra ciudad es Patrimonio Mundial. Además, nuestro patrimonio es aquello que fue construido en piedra, pero también lo que es invisible a nuestros ojos: los sabores, olores, sonidos y emociones que nos distinguen.

 

Entrega de publicaciones en San Pablo Xochimehuacan. 2021. Foto de Araceli López Almazán.

 

Sobre esto último, el mejor ejemplo son los resultados del proyecto Crónica historias de vida. Crónicas sobre el patrimonio cultural de Puebla, el cual recupera 20 testimonios de adultos mayores (10 mujeres y 10 hombres) que habitan o habitaron el Centro Histórico. Se publicaron en un formato particular, es decir, hojas volantes similares a las realizadas por el editor mexicano Antonio Vanegas Arroyo (1852-1917), con la finalidad de retomar un formato de lectura popular que tuvo mucho éxito a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Además, cada crónica contó con su lectura dramatizada, dando forma a una serie que se encuentra alojada en el canal de YouTube de la Gerencia.

Para recordar el lugar y el compromiso que tiene Puebla en el reconocimiento de los centros históricos como bienes que forman parte del Listado del Patrimonio Mundial, el libro Imágenes de un mismo mundo. La educación patrimonial en Iberoamérica, constituye un esfuerzo de 26 investiga doras e investigadores de 11 países encaminado a incentivar el diálogo y la reflexión sobre cómo debe comunicarse y divulgarse el patrimonio, una obra que enfatiza que su protección y conservación depende fundamentalmente de la conciencia y valoración social del mismo.

Los más importante es que todas estas publicaciones se distribuyeron entre las y los habitantes del Centro Histórico y Juntas Auxiliares, con el firme compromiso, por parte de la Gerencia, de garantizar los derechos culturales de la ciudadanía. También pueden descargarse, gratuitamente, desde el micrositio de la Gerencia: https://centrohistorico.pueblacapital.gob.mx/. De esta manera, estas publicaciones, como ha quedado plasmado, tuvieron como principal cometido trascender la mirada monumentalista del bien patrimonial y centrar su atención en las personas, asumidas como agentes activos en los procesos de patrimonialización. C

 

 

Bibliografía

 

  • DÍAZ-BERRIO FERNÁNDEZ, Salvador, “Las ciudades históricas de Iberoamérica, en la vanguardia de la protección del

patrimonio cultural mundial”, en Intervención, 3:5 (enero-junio 2012), pp. 57-62.

 

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¹ Doctor en Historia por El Colegio de México. Coordinador de Vinculación del Centro Histórico y Patrimonio Cultural. Docente de la Universidad Iberoamericana Puebla.

² Al respecto véase: https://whc.unesco.org/es/list/?cid=31&lother=es&&mode=table

³ El Listado del Patrimonio Mundial, conforme a la UNESCO, está dividido en cinco regiones: 1) Europa y América del Norte; 2) América Latina y el Caribe; 3) África; 4) Asia y el Pacífico; y 5) Estados Árabes.

⁴ DÍAZ-BERRIO FERNÁNDEZ, “Las ciudades históricas…”.

⁵ Además del Centro Histórico de Puebla, en 1987 fueron inscritos, por primera vez,

distintos bienes de México: Centro histórico de México y Xochimilco; Centro Histórico de Oaxaca y zona arqueológica de Monte Albán; Ciudad prehispánica de Teotihuacán; Ciudad prehispánica y parque nacional de Palenque.