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RECUPERANDO EL PATRIMONIO

Hallazgos simples y significativos

Una intervención arqueológica de rescate en Casa Aguayo, Puebla

Raymundo Ramírez Marcos¹, Manuel Alfonso Melgarejo Pérez² e Iván Alarcón Duran³

Cuando se escucha la palabra arqueología hay muchos pensamientos que vienen a la mente. Quizá, por vivir en territorio mexicano se recuerdan los grandes edificios de Teotihuacán o Chichen Itzá; si es apasionante el misterio, tal vez se piensa en Howard Carter y la tumba del rey Tutankamón; si se es más aventurado se puede pensar en la hipótesis de los alienígenas constructores. Pero la arqueología no sólo son estos grandes y vistosos hallazgos, ni explicaciones fantásticas y suntuosas, también es la vida cotidiana.

La especie humana (Homo sapiens) ha explorado casi todos los rincones del planeta y ha podido poblar por momentos, distintas clases de espacios sobre el planeta tierra, mismos que son afectados/modificados por estas actividades humanas. Entonces, estas modificaciones realizadas en los lugares los convierten en espacios con actividad cultural. Esos rastros de actividades, esa cultura material como también se le llama, se queda en el espacio y es el medio de estudio de la arqueología. Pero no es el fin de la ciencia arqueológica, ya que el fin de ésta es el entendimiento del hombre en sociedad.

El objetivo de este escrito es presentar los hallazgos registrados en el Rescate Arqueológico Asta Bandera Casa Aguayo Puebla 2019 (raabcap19), que se encuentra en medio de muchos de los aspectos que señalamos. Básicamente, se trata de una investigación arqueológica de rescate provocada por una obra de infraestructura en un edificio emblemático con hallazgos “simples” pero significativos. Así, el artículo lo dividiremos en tres partes, con las cuales explicaremos esta frase que suena complicada.

Calzada hallada durante los trabajos de rescate arqueológico en Casa Aguayo durante octubre de 2019. Calzada hallada durante los trabajos de rescate arqueológico en Casa Aguayo durante octubre de 2019.

 

ARQUEOLOGÍA DE RESCATE EN CONTEXTO HISTÓRICO

En el territorio mexicano para la época prehispánica, por ejemplo, se encontraban distintas áreas culturales, que son territorios delimitados donde habían rasgos culturales compartidos, donde el más conocido es Mesoamérica. Siempre es importante señalar que esta área cultural no es la única. En el norte del país hay características distintas y áreas como Aridoamérica y Oasisamérica; también encontramos otros momentos históricos donde la ocupación humana se extiende por el territorio, quizá en menor dinamismo, en un periodo pre-mesoamericano o prehistórico y en mayor medida en la época colonial, y qué decir de la época moderna. Es decir, prácticamente en todos los espacios estamos parados sobre asentamientos anteriores a nosotros.

En México la legislación establece que la institución encargada de la protección y estudio de la cultura material ligada a estos grupos humanos pretéritos corresponde al Instituto Nacional de Antropología e Historia (en adelante INAH).

Los materiales arqueológicos encontrados durante la excavación son trasladados al Centro INAH Puebla para su análisis.

 Esta legislación protege a los espacios antiguos para su preservación, investigación y difusión del conocimiento que se genere alrededor de estos. El INAH se rige por organismos colegiados internos para dar pauta a las investigaciones arqueológicas y paleontológicas que se lleven a cabo. La distinción entre arqueología prehispánica y arqueología histórica consiste en que la primera indica el estudio de los materiales anteriores al contacto con el viejo mundo, es decir, antes de la época del descubrimiento de América. Mientras que la arqueología histórica parte de ese momento histórico particular, dividida en la época colonial y la época contemporánea. Si nos ponemos exigentes, encontramos que para hacer arqueología necesitamos estudiar espacios y artefactos u objetos en desuso, por lo tanto, es importante la delimitación temporal.

De esta manera, el INAH recurre a diferentes mecanismos internos para alcanzar el fin de la salvaguarda del patrimonio cultural. En el caso que nos ocupa, se requirió hacer un Rescate Arqueológico, el cual es definido de la siguiente manera: “una intervención de urgencia, sin aviso previo y con posibilidad de destrucción o perdida inmediata de vestigios e información arqueológica, usualmente su realización es simultánea a la obra, cuando más significa su suspensión momentánea”.⁴ En otras palabras, es un recurso de urgencia y es la última instancia para rescatar información valiosa de los contextos arqueológicos. Lo ideal es tener una planeación de las obras, con tiempos establecidos para la intervención arqueológica, sobre todo el conocimiento y permiso correspondiente de los mecanismos colegiados del INAH.

Intentando salir por la tangente de las discusiones políticas, la Casa Aguayo se convierte en un edificio oficial del Gobierno del Estado. Allí se albergará el ejecutivo estatal por lo menos por el periodo comprendido de 2019 a 2024, algo que no dista tanto de configuraciones políticas de otros momentos históricos. La necesidad de erigir símbolos de identificación oficial, en este caso, es la colocación de un Asta Bandera al frente del ya mencionado edificio. Los recintos oficiales, deben tener este elemento oficial para poder realizar las actividades cívicas. Técnicamente, se debe hacer una construcción de 2.5 m x 2.5 m con una profundidad de dos metros, lo que implica altas posibilidades de afectación a contextos culturales históricos.

 

RESCATE ARQUEOLÓGICO ASTA BANDERA CASA AGUAYO PUEBLA 2019 (RAABCAP19)

El Centro Histórico de la ciudad de Puebla cuenta con un triple estatus en materia de patrimonio edificado, los cuales le confieren diferentes categorizaciones: Zona de Monumentos Históricos (Declaratoria Federal), Patrimonio de la Humanidad (Unesco) y “Zona Típica” (Declaratoria Estatal); lo anterior conlleva la necesidad imperiosa de una adecuada protección a todo este patrimonio. Casa Aguayo, actualmente utilizada por el gobierno estatal (14 Oriente, No. 1204), se encuentra dentro del polígono protegido por las instancias mencionadas. En el contexto de la colocación de una asta bandera en su fachada frontal, es que se enmarcan los trabajos arqueológicos de los que damos cuenta en el presente trabajo. De acuerdo a diversos autores, Casa Aguayo ha tenido una temporalidad de uso poco interrumpida que data por lo menos del siglo XVII. Conocida por el nombre de su propietario, el capitán y regidor Juan Martínez de Aguayo, se le ha dotado de variados usos a lo largo del tiempo, desde cuartel militar hasta casa de despacho del Gobierno Estatal.⁵

Dibujo de planta de la calzada encontrada durante las excavaciones arqueológicas.

La esencia técnica de las excavaciones arqueológicas es, quizás, la sistematización en la remoción de capas del subsuelo y el consecuente registro de elementos culturales, así como de las características físicas de los estratos geológicos. En nuestro caso, la Unidad de Excavación 1 (en adelante se hará referencia a ésta con el término Unidad 1) estuvo conformada por tres capas estratigráficas (en adelante conocidas como: Capa I, II y III), en las cuales se localizaron vestigios de naturaleza histórica en las dos primeras, siendo el más abundante la loza vidriada y la loza mayólica.

La Unidad 1 fue proyectada tomando en cuenta la ubicación en la cual se colocaría la mencionada asta bandera. La medida de nuestra unidad controlada quedó establecida en 1.20 x3 m. Tomando en cuenta que la disposición estratigráfica del suelo quedó expuesta por una primera intervención, se decidió tomar como guía para nuestra excavación arqueológica el orden de las capas culturales visibles. La Unidad 1 estuvo condicionada por la naturaleza de la obra a realizarse, por lo que, para orientar nuestra unidad de excavación se tomó como referencia la fachada frontal de Casa Aguayo, siendo ésta nuestro guía de registro.

La Capa I de nuestra Unidad 1, estuvo compuesta en primer lugar por el empedrado del patio frontal de Casa Aguayo, dicho adoquinado o empedrado estaba compuesto de piedra bola de aproximadamente 18 cm y consolidadas entre sí con cal de piedra. Inmediatamente después encontramos un relleno compuesto de: piedras de río de un tamaño aproximado de entre 10 y 15 cm, tierra de textura limo arenosa, fragmentos de tabiques, vidrios, restos óseos de animales y cerámica: se recuperaron evidencias diagnósticas de Loza Mayólica del Siglo XIX⁶ y Puebla Azul sobre Blanco, así como evidencias de Loza Vidriada en las variedades Rojizo Monocromo, Ámbar Monocromo y Bicromo A, por mencionar algunos; el tipo cerámico menos representativo fue la Loza de Barro.

La Capa II fue el estrato en el cual se presentó el hallazgo de una calzada aproximadamente a los 80 cm de profundidad del suelo, la fabricación de dicho elemento estuvo conformada por piedras de río ovoideas, que oscilaban de tamaño entre los 20 y 35 cm, no se encontraron rastros de cementante entre sus componentes, el relleno sobre el que se asentó esta calzada estuvo compuesto por piedra bola en una concentración muy baja, restos de tabiques, huesos de animal, vidrio en una concentración muy baja, loza de barro, loza vidriada y loza mayólica en las variedades: Aranamo Polícromo y Huejotzingo Azul sobre Blanco, las cuales están fechadas dentro de un periodo que puede abarcar el 1700 al 1850 d.C.⁸

Centro INAH Puebla. Proyecto: Rescate Arqueológico Asta Bandera Casa Aguayo Puebla. Dibujo de perfiles estratigráficos de la unidad de excavación 1. Dibujó: R.R.M. 5 de Octubre de 2019.

 

Nuestra Capa III resultó sin materiales arqueológico. Estuvo compuesta por arenas finas y no presentó plasticidad. Esta capa tiene una apariencia de arena de río, lo cual coincide parcialmente con la antigua ubicación del río San Francisco. Se tomó para los efectos del rescate arqueológico como final de excavación a 1.60 m de profundidad. Una vez que se concluyeron los trabajos de excavación, los materiales arqueológicos fueron trasladados al Centro INAH Puebla para su respectivo análisis.

El material arqueozoológico recuperado durante este rescate pertenece a la capa I y II, se conforman por huesos largos como humeros y fémures, fragmentos de cráneos, mandíbulas y molares, falanges, metapodiales y fragmentos de vértebras, corresponde a mamíferos domésticos de granja y de compañía, como el cerdo y el carnero que en conjunto suman el 90% del material, el 10% restante pertenecen a huesos de vaca, caballo, perro y de una gallina.

 

ANÁLISIS Y APUNTES A MODO DE CONCLUSIÓN

Como podemos imaginarnos, la clasificación de materiales arqueológicos conlleva el reconocimiento y control de datos de un conjunto de muestras a analizarse, el ordenamiento basado en atributos, permite el encuentro de constantes entre conjuntos de muestras, lo que en el caso de la cerámica daría paso al establecimiento de Tipos y sus respectivas Variedades. Para nuestro análisis de materiales se recurrió a las tipologías ya establecidas utilizadas para la cerámica Colonial tardía y Moderna.⁹

De acuerdo a los materiales recuperados en las excavaciones controladas, el material diagnóstico que conforma el relleno del primer momento de la calzada tiene una franja temporal que corresponde a la Fase Colonial Tardía, de acuerdo a la clasificación de Müller y que va de los años 1700 a 1850 d. C.; con una posible presencia de material de la Fase Moderna representada por la Loza Vidriada y la Loza de Barro. Así, la propuesta sustentada es que la temporalidad es la Fase Colonial Tardía, dado el poco rigor aparente con el que se han estudiado los complejos Loza Vidriada y Loza de Barro al menos en la bibliografía consultada. Por lo anterior, nuestra calzada tuvo que haber sido construida en algún momento entre los siglos XVIII y XIX, se utilizaron tiestos de cerámica, posiblemente de talleres cercanos, tierra y otros elementos como fábrica del relleno sobre el que se asentó la calzada. El segundo momento de la calzada, como ya se mencionó, corresponde a la época moderna y su relleno estuvo conformado por tiestos cerámicos diagnósticos del siglo XIX.

Los materiales arqueozoológicos, con excepción del perro, coinciden con animales de granja que además eran juveniles al momento de su uso. Algunos de los huesos tienen características de haber sido cocinados y se observan algunas marcas de cortes, estas características se asocian claramente al consumo de estos animales, marcando una clara preferencia por cerdos y carneros, estos materiales pueden contextualizarse con la presencia de basurero.

Izquierda, fragmento de maxilar de Sus scrofa (cerdo) y derecha, fragmento de mandíbula de Ovis sp.

Si bien no encontramos las condiciones idóneas para una investigación arqueológica e histórica en el contexto de Casa Aguayo, logramos rescatar información importante que abona para entender la historia de la Ciudad de Puebla. Además, y quizá como punto primordial, descartamos la posibilidad de destrucción de patrimonio al construir obras de infraestructura contemporánea. Logramos observar una calzada antigua que es contemporánea a una de las modificaciones del edificio, probablemente en el siglo XVIII. También, en una de las capas observamos arena y rocas, lo que confirma la utilización de materiales locales, tomando en cuenta la cercanía con el río que actualmente es el boulevard 5 de mayo. Finalmente, pudimos hallar que el cerdo y el cordero fueron y siguen siendo parte de la dieta de los poblanos.

 

Bibliografía

CEDILLO, Carlos y Alberto AGUIRRE ANAYA, Catálogo de Mayólicas. Proyecto arqueológico, arquitectónico e histórico del “Estanque de los Pescaditos” y “Salvamento Arqueológico del Paseo del Río San Francisco”, Puebla, INAH, Gobierno del Estado de Puebla, 1998.

DE RAMÓN CARMONA, Marc y Pablo H. POSADA GONZÁLEZ, Guía Arquitectura Representativa de la Ciudad de Puebla, Puebla, Ayuntamiento de Puebla, 2011.

MÜLLER, Florencia, Estudio de la cerámica hispánica y moderna de Tlaxcala-Puebla, México, Colección Científica N° 103, INAH, 1981.

POPENOE DE HATCH, Marion, “El análisis científico de la cerámica arqueológica, en Revista de la Universidad del Valle de Guatemala, 16 (noviembre 2007), pp. 9-16.

INAH, “Procedimiento de desarrollo de investigaciones arqueológicas –Salvamento y Rescate– en áreas de obra de infraestructura pública o privada”. Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2009 

 
   

 

  1. Arqueólogo. Investigador independiente.
  2. Arqueólogo. Investigador del Centro INAH-Puebla.
  3. Biólogo. Investigador del Centro INAH-Puebla.
  4. INAH, “Procedimiento de desarrollo…”, p. 4.
  5. DE RAMÓN  CARMONA y POSADA González, Guía Arquitectura Representativa…, p. 24.
  6. CEDILLO y AGUIRRE ANAYA, Catálogo de Mayólicas
  7. MÜLLER, Estudio de la cerámica
  8. MÜLLER, Estudio de la cerámica
  9. MÜLLER, Estudio de la cerámica…; CEDILLO y AGUIRRE ANAYA, Catálogo de Mayólicas