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ENFOǪUE AL PATRIMONIO

Los remotos orígenes, Puebla en tiempos mesoamericanos

Arnulfo Allende Carrera¹

ANTECEDENTES

El Patrimonio arqueológico en Puebla existe, pero hay dos razones por las que nosotros no lo vemos. La primera es que, generalmente, se encuentra debajo del territorio que habitamos; la otra razón es que, fatalmente, no queremos verlo. Hace 30 años, mientras Puebla celebraba su reciente inclusión en la lista del Patrimonio Mundial de UNESCO, Fernando Cortés de Brasdefer presentaba los resultados de una exploración arqueológica que abriría un sañudo debate sobre la supuesta  (y mucho antes insinuada) existencia de una ciudad indígena subyacente en la Angelópolis.² En la controversia protagonizada por dos grupos de estudiosos, se esgrimían dos premisas: la primera, que la ciudad se fundó sobre tierra de nadie en un paraje conocido como Huitzilapan, como indica Motolinia;³ la segunda, que a la llegada de los colonizadores, existían tres ciudades vivas, que fueron masacradas para fundar la Puebla junto y sobre esas mismas edificaciones.⁴ Hemos discutido previamente y con amplitud la hipótesis Centépetl- Cuetlaxcoapan- Teposúchitl,⁵ que hasta los últimos años del siglo XX y primeros del XXI no tuvo oportunidad de contrastación, pues la arqueología, ciencia que se encarga de estudiar los restos materiales que la humanidad deja a su paso, comenzó a implementarse explícitamente hasta tiempos muy recientes.⁶ Veamos qué nos ha dicho la arqueología sobre este tema, hasta ahora.

Taludes estucaos de la muralla que rodea el centro ceremonial del cerro de Amalucan. Arnulfo Allende Carrera

 A raíz de la Declaratoria de 1987 el Relicario de América comenzó a captar más atención, aún sobre temáticas y áreas de la ciudad no comprendidas en los criterios de UNESCO. El INAH⁷ tiene registradas (reconocidas legalmente) solo tres zonas arqueológicas dentro de lo que actualmente abarca el municipio de Puebla –Amalucan, Manzanilla y Tres Cerritos–, pese a la evidencia de numerosos sitios arqueológicos que se desarrollaron en esta región entre los años 2500 a. C. y 1521 d. C.⁸ Exceptuando la arquitectura monumental, contamos con una cantidad considerable de muestras de cerámica arqueológica recuperadas en excavaciones controladas, en sitios y monumentos de toda la metrópoli, cual mondo significado es: presencia humana en todo el valle, en toda la época prehispánica.⁹

 

EL PASEO DE SAN FRANCISCO

El Paseo de San Francisco fue el primer sitio arqueológico explorado con objetivos y metodología explícitos en nuestra ciudad. Durante dos etapas –1996 a 1998 y 2003 a 2005– se realizaron descubrimientos que dieron luz sobre aspectos de importancia fundamental para Puebla.¹⁰ Patrimonio industrial, desarrollo del Monasterio Franciscano y, además, evidencia sobre ocupación humana antes, durante y después de los inicios de la vida de nuestra ciudad.

En áreas del Estanque de los Pescaditos, el Hospital de Bubas y la ribera Oriente del río Almoloyan,¹¹ siempre cerca del agua, fueron localizadas ofrendas conformadas por vasijas de cerámica y objetos líticos (una cuenta de piedra verde y un raspador de sílex). Estos hallazgos revelan a Huitzilapan¹² como un espacio ritual dedicado al agua entre los años 1200 a. C. y 800 a. C. No es casual que, una vez fundada la ciudad, la Orden de Frailes Menores estableciera en esta zona su monasterio.

 

Vasija ofrendada al agua en el Estante de los Pescaditos. Formativo medio 1200 a.C. a 800 a. C. (Edgar Valderrama Trujillo. 1997). 

 

LA CASA DEL MENDRUGO

En los años 2009 y 2010, durante la supervisión de obras de restauración en el inmueble de la 4 Sur 304 –La Casa del Mendrugo– se localizó un muro construido con bloques irregulares de piedra caliza unida con lodo, una superficie empedrada y cientos de tiestos en un contexto sellado, además de una olla grande fragmentada y, en su interior, figurillas humanas de cerámica, objetos de concha trabajada, obsidiana, figurillas humanas de piedra verde y espejos de magnetita.¹³ Asociado a esto, un entierro humano integrado por dos individuos.

Los restos óseos mejor conservados resultaron ser de una mujer de cerca de 60 años, con signos de afecciones y asociada a materiales de muy alta calidad, que la señalan como una mujer importante, influyente, querida y cuidada durante más de 20 años por un grupo, posiblemente una familia o una tribu, en lo que factiblemente fue una pequeña aldea habitada entre el año 1500 y el 1200 a. C. sobre la ribera poniente del río Almoloyan¹⁴ (Imagen 3). Los antropólogos físicos que la estudiaron decidieron dejar de llamarla “individuo 1”, así que la bautizaron con el nombre María de Jesús y, de cariño, Chuchita, por ser el inmueble una residencia de la Orden de los padres jesuitas.

 

AMALUCAN

La zona arqueológica de Amalucan se conoce desde los años sesenta del siglo XX, sin embargo, jamás se había realizado exploración arqueológica en el sitio sobre el cerro. Melvin Fowler definió en el sitio dos sectores: un centro ceremonial con una red de canales de riego construidos entre el año 700 a. C. y el 200 d. C. en la planicie Oriental del cerro Amalucan y un conjunto ceremonial con dos montículos de dimensiones considerables alrededor de una plaza en la cúspide del cerro con una temporalidad muy tardía.¹⁵

En el año 2018 el Centro INAH-Puebla llevó a cabo la supervisión de las obras de un parque urbano sobre el cerro Amalucan ejecutadas por el Gobierno del Estado. Se realizó registro y exploraciones controladas en modalidad de rescate arqueológico, logrando como resultado nueva información sobre el desarrollo urbano de Amalucan y su papel en el contexto cultural del valle central de Puebla en tiempos precolombinos.¹⁶

Fueron descubiertos entierros humanos con ofrendas de vasijas y objetos de piedra verde en las laderas del cerro. Los hallazgos nos indican que el sitio se compone en realidad de un área habitacional en la ladera Norte del cerro y un centro ceremonial circundado por una muralla de mampostería repellada con estuco en la cúspide. Los materiales arqueológicos asociados nos indican una temporalidad aproximada del 200 a.C. a 600 d. C., cuando la ciudad de Cholula estaba en pleno florecimiento.

 

MANZANILLA Y TOTIMEHUACAN, EL MUNDO REAL

Seguro que la sustancia más atrayente de la arqueología es el descubrimiento, y las piezas de museo la mejor manera de ostentar “cultura”.¹⁷ Pero los arqueólogos en el mundo real también debemos atender las necesidades básicas del Patrimonio arqueológico, es decir, protección y conservación.

El sitio arqueológico La Manzanilla se localiza al norte de la ciudad de Puebla. Durante los años sesenta y setenta La Manzanilla fue un bosque donde los poblanos acostumbraban hacer día de campo los fines de semana, además funcionaba como zona arqueológica abierta al público en custodia del INAH. En los años setenta comenzó una serie de invasiones a la zona por parte de diversos grupos políticos, dando lugar a un proceso de urbanización desordenado que dejó solo el Juego de pelota reconstruido y un montículo en condiciones de ser conservados.

Juego de pelota prehispánico en Manzanilla. Arnulfo Allende Carrera.

En los años 2010 y 2011 se ejecutaron acciones de mantenimiento menor, es decir, limpieza, deshierbe y consolidación mediante el programa PET-SEDESOL-INAH, en que el Gobierno federal aportó recursos financieros que cubrieron jornales, herramientas y materiales y el INAH dirigió y supervisó las actividades. Logramos eliminar grafitis en dos ocasiones, y el Ayuntamiento de Puebla cercó el sitio e instaló ahí un Parque urbano en el año 2014, sin embargo, la población aledaña ha vuelto a vandalizar los monumentos arqueológicos, en cada ocasión que los dignificamos.¹⁸

La zona arqueológica de Totimehuacan se localiza al sur de la ciudad de Puebla. Presenta evidencias de ocupación desde el Preclásico (545 a.C. hasta 90 d. C.) –al norte del actual poblado– en donde se localizan, al menos seis estructuras piramidales, denominadas Tepalcayo (1 a 7). ¹⁹ El crecimiento de la mancha urbana ha afectado profundamente al sitio arqueológico; en la actualidad se pueden observar construcciones modernas sobre las estructuras, con excepción del Tepalcayo 1, enorme estructura piramidal que mide 135 metros de este a oeste y 90 metros de norte a sur, por 20 metros de altura.

Durante los años 2016 y 2017 la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio del Ayuntamiento de Puebla solicitó al INAH información sobre la delimitación del sitio arqueológico. Dado que tal instrumento no existe, conformamos una alianza con el objetivo de integrar un expediente y emitir una Declaratoria de protección para la zona arqueológica a nivel municipal. Nuestras actividades conjuntas resultaron con la propuesta de tres áreas relevantes y susceptibles de protección en la citada Junta Auxiliar: Zona arqueológica el Tepalcayo, Reserva arqueológica y natural del cerro Chiquihuite y Vestigios del ex convento franciscano de San Francisco Totimehuacan.²⁰

 

CONCLUSIÓN

En ocasión de un cumpleaños de nuestra Puebla²¹ lancé la hipótesis de que, si existen sitios prehispánicos en el área de la actual zona metropolitana de Puebla, deberían estar en este orden: los sitios del horizonte Preclásico o formativo (1800 a. C.- 150 d. C.) situados sobre las riberas del río Almoloyan; los del Clásico (150 d. C.-650 d. C.) en la línea de lomas que vienen del Acueyametepec (cerro de Loreto) hacia los barrios de La Cruz, El Alto, La Luz y Analco; y los sitios del Posclásico (900 d. C.-1521 d. C.) en los alrededores de la ciudad. Hasta el momento las evidencias –que hemos relatado brevemente– han sido consistentes con tal conjetura, con la notable salvedad de que el horizonte Formativo está bien representado en todo el valle.

Es hermosa la leyenda de fray Julián Garcés soñando ángeles alarifes, pero ya hemos avistado testimonios de gente ocupando nuestra comarca muy antaño de tal revelación. Así, como Huaxyacac, Tihó, Tenochtitlan, y muchas ciudades y pueblos originarios, el suelo en que desplanta nuestra ciudad angelina tuvo parte esencial en la dinámica social de Mesoamérica, y también es necesario estudiar sus procesos y circunstancias partiendo de 1531 en sentido descendente.

Frente a esto, y lo que viene, es ya innegable que la arqueología debe consolidar su posición en el ámbito de las especialidades del patrimonio. El asombro y la anécdota deben ser transformados en acciones que pongan a andar los instrumentos legales –que sí existen–, además de generar aquellos de que aún adolecemos para proteger, investigar y conservar el Patrimonio arqueológico de nuestra ciudad.

Esto solo si queremos verlo.

 

Figurilla antropomorfa de piedra verde, ofrenda prehispánica de la Casa del Mendrugo. Formativo medio, 1200 a. C. a. 800 a. C. Arnulfo Allende Carrera

Bibliografía
  • ALLENDE CARRERA, Arnulfo, “Altepetl Cuetlaxcoapan: ¿existe una ciudad prehispánica bajo la Puebla de los Ángeles?” ponencia presentada en el Coloquio del 475 aniversario de la fundación de Puebla, el 26 de abril de 2006, organizado por el H. Ayuntamiento de Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
  • “El paraíso de Chuchita hace tres mil años”, en Mundo nuestro, [http://mundonueste-consulta.com/index.php/colaboradores/ item/el-paraiso-de-chuchita-hace-tres-mil- anos?limitstart=0], publicado el 14 de marzo de 2013, consultado el 06 de julio de 2020.
  • “La Ciudad de Puebla en la época prehispánica”. En: Marco Antonio ROJAS FLORES (Coordinador), Encuentro con la Historia, Puebla a través de los siglos. Tomo I, Editorial Investigaciones y Publicaciones A.C. Puebla, 2015, pp. 53-69.
  • Informes trimestrales del proyecto Cerámica prehispánica en la ciudad de Puebla 2016-2018, Sistema Institucional de Proyectos, Secretaría Técnica del INAH, México.
  • “Propuestas de delimitación”, en Expediente San Francisco Totimehuacan, archivo de la Sección de Arqueología del Centro INAH Puebla, 2016-2018.
  • ALLENDE CARRERA, Arnulfo, ARCOS GÓMEZ, Erika Yolanda, CÁCERES SANTA CRUZ Citlalmina, MELÉNDEZ MORALES María Teresa, MORENO HERNÁNDEZ Fabiola y RODRÍGUEZ MARTÍNEZ Sonia Verónica, Reporte preliminar del proyecto de Supervisión y rescate arqueológico en el cerro Amalucan, Ms. Archivo de la Sección de Arqueología del Centro INAH Puebla, 2018.
  • BARBOSA CANO, Manlio, “Centépetl-Cuetlaxcoapan-Tepoxúchitl, Las ciudades indígenas subyacentes en Puebla”, en Patrimonio Cultural, vol. 1, No. 2 (1994), ICSH-BUAP, pp. 2-7.
  • CEDILLO ORTEGA Carlos et. al. El Paseo de San Francisco a través del tiempo. Fideicomiso del Paseo de San Francisco del Gobierno del Estado de Puebla, Puebla, 2004. 
  • CORTÉS DE BRASDEFER, Fernando. “El Hospitalito: El antecedente prehispánico de la ciudad de Puebla”, en Memorias del Primer coloquio sobre Puebla, Puebla, Comisión Puebla V centenario-Gobierno del Estado de Puebla, 1991, pp. 173-178.
  • FOWLER, Melvin, Un sistema preclásico de distribución de agua en la zona arqueológica de Amalucan, Puebla, Instituto Poblano de Antropología e Historia, número 2, Puebla, 1968. 
  • FRANCO, Felipe, Indonimia geográfica del Estado de Puebla. Gobierno del Estado de Puebla, Puebla 1976. 
  • MOTOLONIA, Toribio, Memoriales, México, UNAM-IIE, 1971.
  • Historia de los indios de la Nueva España, México, Editorial Porrúa, 1979.
  • REYNOSO RAMOS, Citlalli, “Puebla y su historia antes de los Ángeles: antecedentes prehispánicos de una ciudad virreinal”, en Carlos CONTRERAS CRUZ y Miguel Ángel CUENYA (coordinadores), Puebla: historia de una identidad regional, vol. I, Grupo Milenio-BUAP, Puebla, 2012, pp. 11-27.
  • REYNOSO RAMOS, Citlalli y Arnulfo ALLENDE CARRERA, “Los cimientos prehispánicos en la Puebla de Los Ángeles”, en Citlalli REYNOSO RAMOS (coordinadora) Puebla y el Paseo de San Francisco, Libros Turner, España, 2006, pp. 17-45.


  1. Arqueólogo por la Escuela Nacional de Antropología e Historia, México. Especialista en arqueología urbana y cerámica del periodo virreinal, especialmente en mayólica o Talavera poblana. Cuenta con amplia experiencia en gestión, docencia y divulgación científica sobre temas relacionados con el Patrimonio arqueológico.
  2.  CORTÉS DE BRASDEFER, “El Hospitalito…”.
  3. MOTOLINÍA, Memoriales; Historia de los indios
  4. BARBOSA CANO, “Centépetl-Cuetlaxcoapan-Tepoxúchitl…”.
  5. ALLENDE CARRERA, “La Ciudad de Puebla…”.
  6. La arqueología requiere del apoyo de muchos profesionales de otras áreas. Agradezco de manera personal a Víctor Hugo Valencia Valera, José Francisco Ortiz Pedraza, Eduardo Merlo Juárez, Sergio Vergara Berdejo, Delia del Consuelo Domínguez Cuanalo, Ignacio Ibarra Pedraza, José Antonio Terán Bonilla, Carmina Fernández de Lara Aguilar, Moisés Morales Arizmendi y Carlos Montero Pantoja. Desde la autoridad, la academia o la práctica profesional su apertura e impulso han sido parte esencial de la arqueología poblana durante los últimos 24 años.
  7. Dirección de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
  8. REYNOSO RAMOS, “Puebla y su historia…”; ALLENDE CARRERA, “La Ciudad de Puebla…”.
  9. ALLENDE CARRERA, “Propuestas de delimitación”.
  10. CEDILLO ORTEGA, El Paseo de San Francisco…; Reynoso Ramos y Allende Carrera, “Los cimientos prehispánicos…”.
  11. Almoloyan: nombre formado de atl (agua), moloni (manar la fuente), y yan (lugar donde se ejecuta la acción del verbo), de ahí Atlmoloyan, “lugar donde mana la fuente de agua”. FRANCO, Indonimia geográfica…, p. 36.
  12. Huitzilapan: denominación indígena del área del Paseo de San Francisco, cuya interpretación es “aves sobre el agua” FRANCO, Indonimia geográfica…, p. 398.
  13. ALLENDE CARRERA, “El paraíso de Chuchita…”; “La Ciudad de Puebla…”.
  14. En documentos de tradición indígena el río se denomina Almoloyan, durante el virreinato fue llamado San Francisco y, una vez entubado, fluye debajo del actual bulevar 5 de mayo.
  15. FOWLER, Un sistema preclásico
  16. ALLENDE CARRERA, ARCOS GÓMEZ, CÁCERES SANTA CRUZ, MELÉNDEZ MORALES, MORENO HERNÁNDEZ, y RODRÍGUEZ MARTÍNEZ, “Reporte preliminar del proyecto…”.
  17. Cultura entendida en su concepto tradicional, como el gusto por las bellas artes y las humanidades en alto nivel. Antropológicamente la cultura se define como un mecanismo extra somático de adaptación al medio.
  18. Expedientes del programa PET- SEDESOL-INAH, Archivo de la Delegación del Centro INAH Puebla.
  19. Las fuentes no proporcionan el significado del término Tepalcayo, pero basándonos en FRANCO, Indonimia geográfica..., podemos entender que proviene de las voces tepalcatl (tiesto o tepalcate) y yutl, que expresa el ser de la cosa o a lo que pertenece. El significado resultante sería "de tepalcates". 
  20. Allende Carrera, “Propuestas de delimitación”.
  21. Allende Carrera, “Altepetl Cuetlaxcoapan…”.