ENFOǪUE AL PATRIMONIO

De trenes y libros.

El legado del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.

Stella Cuéllar ¹

Portada del libro Los ferrocarriles en la Ciudad de México. Secretaría de Cultura, CNPPCF. Ana Belen Recoder. Portada del libro Los ferrocarriles en la Ciudad de México. Secretaría de Cultura, CNPPCF. Ana Belen Recoder.

Los grandes hallazgos, los descubrimientos insólitos surgen de la curiosidad. Es la curiosidad la que ha impulsado a mujeres y hombres a emprender grandes hazañas, a adentrarse o a profundizar en el conocimiento. En el caso del patrimonio ferrocarrilero de México esta curiosidad también llevó a rescatar los tesoros que el ferrocarril había dejado a lo largo de su historia.

Vayamos hasta 1908, año en el que surge la empresa Ferrocarriles Nacionales de México (FNM), que logra consolidarse gracias a la unión concertada por la mayoría de las compañías ferroviarias que operaban en el país. Desde ese año y hasta su liquidación, en 1999, la empresa generó un sinfín de documentos y materiales históricos; también de equipo rodante de todo tipo, así como de herramientas y una variedad casi infinita de bienes muebles, todo lo cual daba cuenta de la operación de los ferrocarriles en el país, de los avances y pormenores de esa industria. La empresa vivió años de expansión y gloria, pero también momentos de graves dificultades y penurias.

En 1995, cuando el presidente Ernesto Zedillo anunció que FNM pasaría a manos privadas, la empresa tuvo la curiosidad de saber qué tanto de todos esos materiales, objetos y documentos acumulados y dispersos en todo el territorio nacional tenían un valor histórico y por lo mismo debían ser conservados. Para responder a esta inquietud y saciar curiosidades, antes de que todo pasara a manos privadas, ese año puso en marcha el Programa Nacional de Rescate del Patrimonio Histórico, Cultural y Artístico de los Ferrocarriles Nacionales de México (PRONARE), que fue ejecutado por un grupo interdisciplinario de expertos, que durante poco más de tres años trabajó en identificar, rescatar, embalar y resguardar lo que hoy constituye la mayor parte del patrimonio cultural ferrocarrilero de México.

 

Portada del libro El ferrocarril en México (1880-1900). Secretaría de Cultura, CNPPCF. Alejandra Calleja.

Otro acierto de la empresa ferrocarrilera fue crear un Museo, porque los museos son sitios emblemáticos, recintos fabulosos que tienen entre sus responsabilidades salvaguardar, conservar, proteger y difundir los valores patrimoniales que resguardan, y el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos (MNFM) no es la excepción.

El MNFM comenzó con los acervos que la empresa reunió en 1988, pero cuando finalizó el PRONARE tuvo ante sí la responsabilidad de ordenar, organizar, estudiar, conservar, exhibir y difundir un cúmulo inmenso de bienes que incluyó una centena de equipo rodante, una enormidad de objetos diversos ligados con el quehacer de la industria, con sus trenes de pasajeros y de mercancías, con las herramientas y equipo de trabajo que a lo largo de su historia fueron utilizados en los trenes, por los trenes y para los trenes. El legado documental que llegó después también fue enorme y da forma a la mayor parte de los fondos que alberga el Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias (CEDIF), inaugurado en 1997. Dos años después, en 1999, la empresa FNM fue finalmente privatizada, y el MNFM pasó a depender del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA). En 2001 se creó el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero (CNPPCF), conformado por el MNFM, el CEDIF y un área de Monumentos Históricos y Artísticos.

Desde su origen, el CNPPCF ha asumido como compromiso inquebrantable la recopilación, salvaguarda y estudio de objetos, documentos y materiales relacionados con el sistema ferroviario, que incluyen todo tipo de vestigios y testimonios que hayan intervenido de manera directa o indirecta en su historia y desarrollo. Estas tareas le han exigido orquestar día a día distintas estrategias y metodologías para estimular el estudio y difusión de todo este legado, y entre ellas está la publicación de libros, de muy diversos tipos, unos son académicos, otros de arte, unos más de difusión. También edita desde 1999 una revista que ya suma tres épocas, así como otros muchos materiales. 

 

LOS PROYECTOS EDITORIALES  

Las instancias que conforman el CNPPCF han publicado libros y emprendido o participado en proyectos editoriales, pero esto no es nuevo ni tampoco se trata de una vocación reciente. Desde que pertenecía a FNM, el Museo comprendió que la edición de libros ayuda a sensibilizar, a estudiar y a profundizar en el tema ferroviario, y por lo mismo se dio a la tarea de publicar diversos volúmenes. Varios de esos primeros libros fueron de gran formato y se acercaron a los trenes desde la mirada del arte. Algunos de estos libros son emblemáticos, como el de Los días del vapor, de Emma Yanes, que salió a la luz en 1994, o el de Los ferrocarriles mexicanos en el arte y en la historia, de ese mismo año. En los siguientes dos años se publicó De estaciones y Caminos de hierro, que son hermosos, de gran formato y hoy pueden considerarse verdaderos clásicos.

Desde 1988 el Museo comenzó a organizar Encuentros de Investigadores del Ferrocarril, y de estos eventos han resultado Memorias, algunas impresas y otras digitales que dan cuenta de las investigaciones, avances de las mismas, hallazgos y testimonios que se presentan en tales jornadas, que además resultan el escenario idóneo para detonar, impulsar o ahondar investigaciones que al tiempo pueden convertirse en libros interesantes.

Ya en 2009 la dirección del CNPPCF decidió consolidar la publicación de ensayos académicos, con el sello de una colección. Estos libros se harían en coedición con la Dirección General de Publicaciones, instancia que decidió que los libros ferrocarrileros se sumaran a la colección El Centauro, que reunía ensayos de diversas temáticas.

El libro con el que se abrió este importantísimo proyecto editorial fue uno de Sergio Ortiz Hernán, quizá el más importante investigador del tema, a quien por cierto se debe la primera historia sobre los ferrocarriles, que en 1970 publicó la empresa FNM en dos tomos que respectivamente se titularon: Los ferrocarriles de México. Una visión social y económica, t. I, La luz de la locomotora y t. II La rueda rumorosa, los cuales son fuente obligada de consulta de toda investigación que se realice sobre los trenes.

Fue un privilegio y un honor que el proyecto editorial arrancara con un autor de este calibre, a quien se considera el padre de los estudios sobre el ferrocarril. El libro se tituló Mariano Azuela: creador del ferrocarril como personaje de las letras mexicanas (2009) y en él se funden las dos pasiones del autor: la literatura y los trenes. Al año siguiente se publicó otro volumen, cuyo autor es Guillermo Guajardo Soto, otro importantísimo investigador del ferrocarril. El volumen se titula Trabajo y tecnología en los ferrocarriles mexicanos: una visión histórica, 1850-1950, y vale puntualizar que sirvió como base del guion de la exposición “100 años de trabajo y tecnología en los ferrocarriles de México”, que el Museo montó en el 2013.

El tercer volumen de tema ferrocarrilero dentro de El Centauro fue un libro que muestra uno de los proyectos más entrañables del Museo: un programa de radio realizado por niños y para los niños. Este proyecto estuvo a cargo de Rosa María Licea Garibay, quien dio cuenta del mismo en el libro El tren, la radio y los niños. Ejercicio de comunicación educativa. Al año siguiente, en el 2012, se publicó Consolidados: José Yves Limantour y la formación de Ferrocarriles Nacionales de México, de Arturo Grunstein Dickter, el tercero de los más grandes investigadores del ferrocarril. Este volumen también sirvió como guion para la exposición “Ruta a la modernidad, 1902-1908”, que se montó en el Museo en el 2015.

En 2013 tocó el turno al libro ¡Ahí viene el tren! Construcción de los ferrocarriles en San Luis Potosí durante el porfiriato, de Luz Carregha Lamadrid, y a este volumen le siguieron dos, que se publicaron en 2014, uno fue el de Jeffrey Bortz y Marcos T. Águila, titulado México y el mundo del trabajo: ensayos sobre trabajadores, líderes y gángsters, y el otro De estación a museo. La estación del Ferrocarril Mexicano: puerta de entrada a la ciudad de Puebla, de Emma Yanes Rizo, el cual narra la historia de esta estación y de sus patios, así como su relación con las otras dos estaciones ferroviarias aledañas a ella: la del Ferrocarril Mexicano del Sur y la estación del Ferrocarril Interoceánico.

En 2015, ante esta producción editorial sin freno, la Dirección General de Publicaciones y la dirección del CNPPCF decidieron que los libros de tema ferroviario requerían una colección propia, por lo que desde ese año se creó el sello Horizonte Ferroviario, el cual se inauguró con el volumen Tras las huellas del ferrocarril. Guía de fuentes, coordinado por Pilar Pacheco, el cual constituye una herramienta valiosa para consultar con mayor facilidad y conocimiento los acervos del CEDIF.

En 2016 se sumó a la colección el volumen La construcción de los ferrocarriles en México. Una propuesta del ingeniero Santiago Méndez y Méndez, de Isabel Bonilla Galindo, Fernando Aguayo y Javier Ortega Morel. En este volumen se incluye la transcripción de un manuscrito que el ingeniero Méndez y Méndez escribiera en 1879, además de otros tres textos. Cabe destacar que este ingeniero fue uno de los directivos responsables de las comunicaciones en nuestro país desde finales del siglo XIX y hasta la llegada de los constitucionalistas en 1914. Los tres textos que acompañan al histórico manuscrito aportan elementos sobre el contexto social y de las ideas sobre la técnica ferroviaria de entonces.

 

 

Portada del libro El descarrilamiento de un sueño. Secretaría de Cultura, CNPPCF. Ana Belen Recoder..

El descarrilamiento de un sueño. Historia de los Ferrocarriles Nacionales de México, 1919-1949 de Arturo Valencia se publicó en 2017, en coedición con El Colegio de México. La investigación que lo precede hizo ganar al autor el Premio Salvador Azuela 2016 a la Investigación Histórica sobre la Revolución Mexicana. En este volumen, Valencia aclara que el declive de FNM, más que deberse a un tema laboral, fue consecuencia de que la empresa surgió endeudada y se vio seriamente perjudicada por la rigidez de su organización interna. También señala como factor de caos el que haya estado incautada por el gobierno revolucionario a partir de 1914 y durante más de 11 años, y que no contó nunca con apoyo suficiente por parte del Ejecutivo federal para su modernización. El volumen analiza también la fuerza que los trabajadores ferrocarrileros fueron adquiriendo como gremio y el aumento de su capacidad de presión y negociación, y hace referencia a las consecuencias que tuvo el que la empresa cargara, desde sus comienzos, con una deuda inmensa.

 

Presentación del libro El descarrilamiento de un sueño en la sala Alfonso Reyes del COLMEX, CDMX. 17 de enero de 2018. Secretaría de Cultura, CNPPCF. Ana Belen Recoder.

De Isabel Bonilla Galindo, Guillermo Guajardo Soto y Román Moreno Soto es el libro Los ferrocarriles en la Ciudad de México. Movilidad y abastecimiento de una gran urbe, 1860-1970, que vio la luz en el 2018. Los autores explican el proceso paulatino que FNM llevó a cabo para suprimir, en los años treinta del siglo XX, los servicios de pasajeros y carga que estaban dispersos dentro de la ciudad, a fin de concentrarlos en los antiguos patios de Nonoalco y Tlatelolco. Este volumen incluye imágenes que apoyan al texto y permiten comprender la magnitud de tal proceso.

 

Presentación del libro El ferrocarril en México (1880-1900) en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, CDMX. 27 de febrero de 2020. Secretaría de Cultura, CNPPCF. Alejandra Calleja. 

En 2019 se publicó el libro de Alejandro Semo, titulado, El ferrocarril en México (1880- 1900). Tiempo, espacio y percepción. Ricardo Pérez Montfort dijo sobre este volumen lo siguiente:

 …el libro de Alejandro Semo puede alimentar una sensación de nostalgia de aquel tiempo ido en que los ferrocarriles formaron parte del paisaje mexicano. Pero mucho más que ello, este libro debería ser una lectura obligatoria para quienes tienen el poder de rescatar lo que queda de aquellos ferrocarriles, ya sean vías, estaciones, máquinas y demás, con el fin de convertirlo en un patrimonio cultural de todos los mexicanos.2

En 2020 la pandemia provocada por el SARSCOV 2 imposibilitó que el CNPPCF publicara un libro más para Horizonte Ferroviario, pero no impidió que pese a la crisis sanitaria que prácticamente paralizó al mundo, el CNPPCF, mediante el CEDIF, orquestara la XII edición del Encuentro Nacional de Investigadores del Ferrocarril, que se llevó a cabo del 5 al 9 de octubre, en un formato virtual, del cual, con toda seguridad, saldrán propuestas de publicaciones que se verán más adelante.

No sólo los libros de El Centauro u Horizonte Ferroviario merecen mención, pues el proyecto editorial del CNPPCF es bastante más rico, y hablan del compromiso institucional por salvaguardar el patrimonio ferrocarrilero, o que alientan su estudio y conocimiento. Mención especial merece Estaciones ferroviarias de México. Patrimonio histórico, cultural y artístico, que apareció en 2010, y que incluye el Catálogo Nacional de Estaciones Ferroviarias, o la Guía para docentes de primaria para visitar el MNFM, cuya primera versión se publicó en 2010 y luego salió otra, renovada, en 2015. Ambas tienen el fin de involucrar a los maestros de manera activa en los recorridos por el museo, con trabajos para realizar con sus alumnos antes, durante y después de la visita. Cabe decir que estas Guías son únicas en su tipo en México, y que esfuerzos como este debían replicarse en otros museos del país.

También deben citarse en este recuento los proyectos editoriales que han procurado rescatar los testimonios de los ferrocarrileros. Por ejemplo, el libro Testimonios. José María López Escamilla, “Don Chema”, que se publicó en 2005, narra en primera persona, gracias a las entrevistas que realizara Emma Yanes al personaje, la vida de este ferrocarrilero ejemplar, la cual corre en paralelo con la de los ferrocarriles. Don Chema entró muy niño a laborar en la empresa, lo hizo como “colilla”, en un taller ferroviario, y escaló prácticamente todo el escalafón hasta ocupar cargos de dirección en la empresa.