CARTA EDITORIAL

Al escuchar la palabra arqueología, lo primero que nos viene a la mente son los vestigios de las culturas prehispánicas que, gracias a las investigaciones realizadas en este campo, han dado fiel testimonio del desarrollo cultural mesoamericano. Sin embargo, la arqueología es una ciencia viva, que estudia la dimensión material de la cultura, y por ello, no se limita a una temporalidad remota, sino que comprende cualquier objeto elaborado por el hombre hasta nuestros días.

Para ilustrar la necesidad y la pertinencia de la arqueología como un saber fundamental que nos conecta con nuestro pasado reciente, tenemos, en el contexto internacional, el ejemplo notable del caso argentino, en donde las excavaciones arqueológicas han rescatado los espacios que funcionaron como centros clandestinos de detención, tortura y exterminio durante la terrible dictadura que gobernó aquel país entre 1976 y 1984. Gracias a la ardua labor de las y los especialistas, la sociedad argentina ha podido reconocer una parte tan dolorosa como crucial de su pasado, convirtiendo estos recintos en lugares de la memoria.

El presente número persigue la intención de exponer al público lector la relevancia de la arqueología como un saber en constante expansión, mostrando la forma en la que los vestigios de la cultura material revelan nuevas dimensiones de la historia poblana, desde los primeros asentamientos en la región hasta la Puebla de las décadas recientes. Para ello, hemos tenido la fortuna de contar con un grupo de notables arqueólogas y arqueólogos expertos que, como editores invitados, han conformado una sólida visión del pasado y del presente de la arqueología en nuestra ciudad. A ellos, como a las y los articulistas, agradecemos su generosidad intelectual y su entusiasmo por descubrir a las y los lectores la versatilidad y el dinamismo del quehacer arqueológico. Para la actual administración, es de sumo interés el rescate y la preservación del patrimonio arqueológico, tareas a las cuales contribuye activamente a través de la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural.

Quiero agradecer, a nombre de la GCHYPC, a las y los autores que han contribuido a lo largo de este año en la nueva etapa de la Revista Cuetlaxcoapan, haciendo posible un medio de divulgación científica con altos estándares de calidad académica. Quiero agradecer también, y por supuesto, a las lectoras y lectores que nos han acompañado, pues sin ustedes este esfuerzo no tendría sentido.


DRA. MARÍA GRACIELA LEÓN MATAMOROS

Encargada de Despacho de la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural