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Unos 70 integrantes del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne, Similares y Conexiones de la República Mexicana encabezan la comitiva de sindicatos de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en el desfile del Primero de Mayo.

 

El nombre de “rastro” como sinónimo de carnicería o desolladero surgió en España en el siglo XVI, porque los animales eran degollados en un matadero de donde luego eran arrastrados por las calles hasta los lugares donde se destazaban o curtían, dejando a su paso un “rastro” de sangre. Esto sucede hasta la actualidad, aunque de manera muy distinta y más higiénica, al cargar la carne de las cámaras de refrigeración a las camionetas que la trasladan a los expendios.

Fue en 1922 cuando el Ayuntamiento de Puebla construyó el primer Rastro Municipal en la calle 9 Oriente, entre la 14 y 16 Sur, donde actualmente se encuentra la Dirección General de la Policía Estatal Preventiva. Durante 50 años este matadero trajo bonanza al barrio de Analco, en donde se respiraba un ambiente campirano. En enormes terrenos, como el que se encontraba junto al Hospital Guadalupe (16 Sur y 13 Oriente), llegaron a pastar hasta 100 reses diarias antes de ser arreadas por las calles de terracería que las llevarían al sacrificio.

Los matanceros, en su mayoría vecinos del barrio, heredaron de generación en generación el oficio; eran los reyes de la zona, aunque en realidad trabajaran para los introductores del ganado. Su labor era nocturna y, al amanecer, después de que les repartían las vísceras y algunos sobrantes de carne como pago por su trabajo —lo que sucedió así hasta 1937, cuando formaron un sindicato—, se amontonaban en las pulquerías. Ahí reponían fuerzas hasta pasado el mediodía, luego se iban a sus casas a dormir unas horas, para regresar por la noche y retomar la matanza.

Generaciones matanceras

Pero, entonces, antes de 1922, ¿Dónde se sacrificaba a los animales? Para conocer más acerca de esto, platicamos con Leopoldo Arellano Castillo, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Carne, Alimentos Similares y Conexos de la República Mexicana Sección 4.

“Don Polo”, como lo llaman con respeto y cariño sus compañeros de trabajo, tiene 60 años, de los cuales ha trabajado 51 en el sacrificio de animales para consumo humano. Pertenece a la tercera generación de matanceros; ahora también el mayor de sus hijos, Marco Antonio, ha aprendido el oficio de los artesanos de la carne.

El abuelo de don Polo, Gumercindo Arellano, nació en 1870; trabajó como matancero hasta 1940, es decir, hasta los 70 años tuvo la fuerza necesaria para degollar y destazar animales; el hijo de Gumercindo, Gerardo Arellano Bonilla, nació en 1919 y también trabajó en el sacrificio de animales hasta los 72 años.

Gumercindo fue quien le contó a Polo que, antes de 1922, había un pequeño matadero que se encontraba frente a la calle que se llamaba La Barranca (hoy 3 Oriente), cercana al Puente de Ovando. Desde ahí se arrastraba a los animales sacrificados para trasladarlos a los puestos que se colocaban entre las calles 10, 12 y 14 Sur; a los primeros mercados como La Victoria, la carne se llevaba en carretas. Se sabe que la sangre producto de la matanza caía en el río San Francisco; el olor era insoportable, motivo por el cual el Ayuntamiento de Puebla decidió trasladar el Rastro a la 9 Oriente.

Gumercindo trabajó en ese matadero de La Barranca y después en el primer Rastro Municipal, en donde llevó a la faena a sus cinco hijos varones; como los demás matanceros, recibían como pago carne y vísceras que luego vendían en carnicerías o pulquerías.

También les pagaban con la cerda o pelo de los animales. Teresa Bonilla, abuela de don Polo, era quien lo clasificaba por colores y peinaba, para luego venderlo a quienes elaboraban cepillos con mangos de madera; éstos se utilizaban para limpiar sacos o para cepillarse el cabello.

En el Rastro nada se desperdicia, ni la sangre. Muchos de los trabajadores, que actualmente tienen más de 40 años en la matanza, cuentan que iniciaron siendo adolescentes de 15 años y que lo primero era ayudar a sus padres en el batido de la sangre que se utiliza para hacer la moronga o rellena.

Gerardo, el padre de Polo, también tuvo cinco hijos; cuatro trabajaron en el Rastro, tres de ellos ya fallecieron, uno dejó la matanza y se dedica a la venta de artículos de piel de animales. Don Polo, que es el más chico de sus hermanos, aún es un hombre fuerte que continúa trabajando en el sacrificio, buscando mejoras laborales y salariales para sus compañeros.

En busca de la dignificación del oficio

En los años treinta, caminar por la 9 Oriente, entre la 14 y 16 Sur, era atravesar campos donde pastaban toros, arriaban cerdos y cabras, en donde el olor a estiércol era normal; por ahí transitaban los trabajadores con sus carretas de pago, de vísceras y trozos de carne, tras sus jornadas de trabajo de más de ocho horas.

A Polo ya no le tocó esta época de pago en especie, pero sí de transitar esas calles. Él nació el 14 de julio de 1961, en la 15 Oriente 1615, en la antigua zona conocida como Aviación (hoy colonia Azcárate). Para 1967, cuando Polo tenía seis años, su familia se trasladó a la calle Maximino Ávila Camacho (hoy Juan de Palafox y Mendoza) 1601, para estar más cerca de su centro de trabajo.

Cuenta que llegó como ayudante al primer Rastro Municipal cuando tenía nueve años y que, con su primer salario de 15 pesos, compró zapatos, un pantalón, una chamarra de mezclilla y golosinas en el Mercado La Victoria: “Me sentía como si fuera rico”, cuenta don Polo.

Lo que sí le tocó a don Polo fueron las pulquerías como centro de reunión de los matanceros, de ahí la fama que tenían de ser “bien tomadores”. La realidad era que, comenta, después de jornadas nocturnas que iniciaban a las ocho de la noche y terminaban entre las cinco o seis de la mañana, desestresarse con un pulque y un mole de panza, o un taco de moronga, de tripas, de cabeza de cerdo, de lengua de res o de mollejas, “era la gloria”.

Don Polo vivió esta transición gracias a que, en 1934, hartos de los abusos que recibían de algunos introductores de ganado que les “pagaban” con muy poca carne y entre algunos insultos, los matanceros formaron su sindicato. Éste obtuvo su toma de nota cuatro años más tarde, por parte de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Fue así como, por fin, los trabajadores de la carne empezaron a recibir pago en efectivo, a través de su líder sindical, en las oficinas que establecieron en la Privada 16 A Sur 903, atrás del Rastro Municipal.

Con todo, los matanceros aún trabajaban descalzos, porque no tenían dinero suficiente para comprarse botas, así que con sus pies desnudos caminaban entre los ríos de sangre. También compraban sus cuchillos por sí mismos; sus chairas (afiladores) las adquirían entre las limas de desperdicio industrial y sus cubiertas las hacían de los cuernos de toro: “A mí todavía me tocó comprar mi material para trabajar”, cuenta don Polo.

En efecto, la lucha sindical unió a los trabajadores de aquel primer Rastro Municipal. Empezaron a realizar asambleas que se encuentran plasmadas en libretas en donde se anotaba, a mano y con letra manuscrita, su orden del día. Ahí se daba cuenta de los trabajadores que se ausentaban con o sin permiso, a quienes se les prestaba dinero de su caja de ahorros ante alguna emergencia, el trato que recibían de los introductores y, más adelante, de los directivos municipales del Rastro.

Convocatoria para la Primera Convención General Ordinaria del Sindica del Comité Ejecutivo de la Sección 4 del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de la Carne, Similares y Conexiones de la República Mexicana (SUTIC) 1951.

 


Certificado de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) para la Unión Sindical de Detallistas y Similares del Ramo de Carnes de la Ciudad de Puebla. 1936.

 

La época dorada

Los documentos históricos mencionados, además de fotografías de los trabajadores en desfiles o en las asambleas nacionales con Fidel Velázquez y Blas Chumacero —los grandes líderes de la CTM—, además de los reconocimientos del Ayuntamiento de Puebla, entre otros, están guardados bajo llave en la sede del Sindicato Único de Trabajadores de la Carne, Alimentos Similares y Conexos de la República Mexicana. Son archivos que hablan de la importancia que tuvieron los matanceros de la ciudad de Puebla.

De acuerdo con Polo, los años de gloria de los trabajadores del Rastro fueron entre 1960 y 1970, cuando sacrificaban cerdos, reses y borregos a una velocidad impresionante; hubo noches en que se mataban hasta 350 reses en menos de 12 horas. En la actualidad, esa cifra se contabiliza por tres días.

Y es que los matanceros de Puebla tenían fama de ser los mejores, por eso, hasta las puertas del Rastro Municipal llegaban toros que arriaban desde Tlaxcala. Ahí los sacrificaban, desollaban, extraían sus vísceras y entregaban canales (los animales cortados por la mitad), de tal forma que no se desperdiciaba nada.

Aunado a su saber hacer, hay que tomar en cuenta que por esas épocas no había carne de exportación como la que hoy se vende en los supermercados; tampoco había granjas de cerdos como las actuales, con su propio proceso de sacrificio; los mataderos clandestinos no existían. Así, todos iban al Rastro Municipal, por lo que la actividad que había afuera del sitio era impresionante; casi las 24 horas del día se veían personas arriando animales, pulquerías, cantinas y fondas abiertas, porque, además, estaban muy cerca de ahí las bodegas de la antigua central de abasto.

Del Rastro a Industrial de Abastos Puebla

En 1972, la construcción de viviendas de una clase social con mayores recursos y la dignificación de la zona de Analco como uno de los principales atractivos culturales del Centro Histórico de Puebla, obligó a trasladar el Rastro a la junta auxiliar de San Jerónimo Caleras. Actualmente, ahí se encuentra lo que se denomina Industrial de Abastos Puebla (IDAP).

El IDAP es un organismo descentralizado del Ayuntamiento de Puebla, ubicado en la Carretera Federal Puebla-Tlaxcala, km 6.5. Éste es el encargado de prestar el servicio de sacrificio de animales con prácticas higiénicas y la inspección sanitaria de los productos cárnicos que se comercializan, procesan y distribuyen en la ciudad.

Gracias a la lucha sindical, a partir del traslado del Rastro a este sitio —que colinda con el estado de Tlaxcala y que fue inaugurado el 3 de enero de 1972 por el entonces gobernador, Rafael Moreno Valle, y el presidente municipal, Carlos J. Arrutia y Ramírez—, los trabajadores empezaron a gozar de periodos vacacionales. Además, el Ayuntamiento de Puebla compró y los equipó con uniformes, botas, cuchillos y chairas, todo lo indispensable para realizar un sacrificio en las condiciones sanitarias adecuadas.

En el antiguo Rastro Municipal de la 9 Oriente, hoy, los reyes de la zona son los uniformados de azul, los policías estatales que entran y salen del recinto las 24 horas de día, que comen o se cortan el cabello en la zona; quienes son foráneos, se hospedan en cuartos que rentan a los nietos de los trabajadores originales del Rastro, aquellos que lograron comprar un terreno, mediante el sindicado, justo entre la 16 y la 18 Sur. Los matanceros mayores que aún viven recuerdan con nostalgia cuando ellos eran los que reyes de la carne y de Analco. Este texto va para ellos, esos hombres fuertes que aún trabajan en IDAP y que dejaron sus años de juventud en el primer Rastro Municipal y que fueron reconocidos oficialmente como trabajadores hasta la creación del segundo Rastro, ahora IDAP: Humberto Morales Pérez, dado de alta como trabajador municipal en 1976; Leopoldo Arellano Castillo, en 1978, Rafael Luna Rosas, en 1979. Ángel Alejandro González, en 1983, Víctor Palacios Alvarado, en 1983; entre otros más.

 

 


Bono de Cooperación al Ayuntamiento de Puebla para la construcción del Monumento a La Victoria del Ejército Mexicano en la Batalla del 5 de Mayo. 1961.

 


Portada del Reglamento Interior del Trabajo del SUTIC, impreso en tamaño bolsillo. 1941.

 

 

Jueves, 07 Octubre 2021 15:50

Imágenes de un mismo mundo

Con el objetivo de transparentar los procesos y actividades derivadas del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, que establece la entrega de subsidios a las Instituciones Estatales de Cultura, la Ley General de Desarrollo Social designa, a través de la Auditoría Superior del Estado, a la Contraloría Social como mecanismo de vigilancia y control del presupuesto otorgado para el óptimo desarrollo de los proyectos culturales.
Este año se determinó que los proyectos: Edificio de la Antigua Presidencia y Biblioteca Pública de la Junta Auxiliar San Baltazar Tétela, Rehabilitación de Centro Alfarero del Barrio de la Luz, Casa de Asistencia del Barrio de Xanenetla del Municipio de Puebla, Auditorio y Sala de Usos Múltiples, Auditorio y Oficinas de la Presidencia de la Junta Auxiliar Ignacio Zaragoza, sean sujeto de observación, motivo por el cual la Secretaría de la Función Pública del Gobierno de México, a través de la Secretaría de Cultura Federal el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) delegación Puebla y el Ayuntamiento del Municipio de Puebla, convocan a la ciudadanía a formar parte del Comité de Contraloría Social, con el fin de establecer los mecanismos para la verificación del cumplimiento de las metas y la correcta aplicación de los recursos públicos en este proyecto.

Los interesados en formar parte del Comité de Contraloría, deberán cumplir con los siguientes requisitos:

REQUISITOS:

  • Ser de nacionalidad mexicana
  • Ser mayor de 18 años
  • Radicar en la ciudad de Puebla, Puebla
  • Ser ciudadano activo de Puebla, Puebla
  • No ser trabajador activo del Gobierno de Puebla, del Estado de Puebla, ni de alguna instancia del H. Ayuntamiento de Puebla
  • Contar con disponibilidad de horario para asistir a reuniones del Comité de Contraloría Social
  • Escrito libre donde manifieste su interés por formar parte del Comité de Contraloría Social

REGISTRO

Los ciudadanos interesados deben realizar su registro, antes del 17 de septiembre del 2021, a través del correo-e Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. en donde deberán adjuntar la siguiente información y documentación:

  1. Nombre completo
  2. Datos de contacto: teléfonos y correo electrónico
  3. Edad
  4. Copia de la credencial para votar, vigente, expedida por el Instituto Nacional Electoral (INE) en formato PDF
  5. Copia del comprobante de domicilio en formato PDF
  6. CURP en formato actualizado
  7. Carta de motivos para participar en el comité, en escrito libre y firmado, para adjuntar en formato PDF
  8. Curriculum Vitae con extensión máxima de 2 cuartillas, en formato PDF.
  9. El registro será válido únicamente durante el ejercicio fiscal de 2021.

 DICTAMINACIÓN

a) El Comité de Contraloría Social estará conformado por tres personas, para fungir como presidente, secretario y vocal, considerando la participación equitativa de mujeres y hombres.
b) Los cargos descritos en la presente convocatoria serán honoríficos, por lo que no se contempla un pago de honorarios por dicha participación.
c) Los resultados serán dados a conocer al término de la asamblea general de ciudadanos.

Sus datos personales quedan resguardados y protegidos en términos de Ley. Puede consultar el aviso de privacidad aquí.

Este programa es público ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa

 

Miércoles, 15 Septiembre 2021 17:41

Las figuras del teatro en Puebla, parte 3

Por Ariel Azuara Campos

“Un pueblo sin teatro, es un pueblo sin verdad”

(Rodolfo Usigli)

 

 

Amancio Orta, es otro actor muy reconocido en Puebla, tiene una trayectoria de 44 años y más de 200 obras de teatro como actor, director y promotor. Sin duda su carrera ha sido sólida y exitosa, ha recibido  múltiples premios.


Amancio Orta, actor poblano. (Foto Flickr)

Entre los actores poblanos de quien he tenido el gusto de disfrutar de su trabajo amistad, recuerdo a Alejandro Cossío, actor, director, titiritero  y docente de teatro, egresado de la academia de Silvia Derbez, autor de textos teatrales a trabajo en diferentes compañías, destacando por su gran versatilidad y actuación.

Igualmente tengo presente a Felipe Galván, egresado del Instituto Politécnico Nacional. Actor y dramaturgo quien fundó la Compañía Libre de Teatro, donde tuvo la oportunidad de montar parte de su obra, a través de la cual ganó premios de novela y dramaturgia.


Olivia Zacarías, Benjamín y Andrea Sandoval en la obra "Chiclets joven".


Sala Arlequín en Espacio 1900. Obra: El Toreador. En escena: Ariel Azuara, Roberto González Inclán e Irma García Robles.

 

 Entre las actrices poblanas dedicadas a la pasión del teatro, se encuentras Aida Andrade. Con una amplia trayectoria como directora, actriz y dramaturga, varias veces becada por el FONCA y la BUAP y Elvira Ruiz, egresada de la UDLA de la carrera de Teatro quien también ha sido directora y dramaturga.

 

Primer concurso de Teatro Municipal en Puebla

En el 1984 el Honorable Ayuntamiento de Puebla convoca al Primer Concurso de Teatro Municipal, por instrucción del entonces Presidente Municipal Jorge Murad Macluf, el Teatro Normalista fue la sede y la premiación se realizó en el Salón de Cabildos del H. Ayuntamiento, fungiendo como jurado de planta Miko Viya, Alicia María Uzcanga Lavalle y Ariel Azuara, teniendo como invitados a un crítico y actriz o actor de México.


Primer concurso de teatro municipal (1984)

 

Festival Concurso de Teatro Escolar Rafael Solana.

Este festival era organizado por la profesora Amapola Fenochio Furlong, supervisora de la zona 004 escolar. El festival consistía en la participación de estudiantes de secundarias en el montaje de obras durante el año escolar, los ganadores de cada año eran premiados por Rafael Solana y en algunas ocasiones José María Fernández Unsaín.

Otro esfuerzo por el teatro poblano fue el de Fernando Soler Palavicini, quien formó la compañía de teatro Hermanos Soler, de 1986 a 1991. Todos sus montajes fueron exitosos y dentro de sus filas hubo talentosos actores y actrices.

Un destacado literato, dramaturgo poeta y director, clave para el desarrollo artístico de Puebla fue Héctor Azar, en su momento Jefe de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Jefe de departamento de Teatro de la UNAM, fundó el Centro de Arte Dramático (CADAC), fue Secretario de Cultura del Estado de Puebla en 1993 a 1999, durante el cual fundó la Compañía Estatal de Teatro y organizó el Magno Festival Palafoxiano.

La BUAP, fortaleció iniciativas actorales como el grupo teatral La Cuchara, el cual se conforma en 1981 por Alejandro Ferrero, Nicolás Estrella, Antonieta Rueda, Jorge Luis García Vargas. Algunos de ellos de la Escuela de Arte Teatral, cabe mencionar que Ferrero destacó como director y dramaturgo.

Como olvidar la versatilidad de Pilar Flores del Valle, destacada actriz, narradora, cantante, cuentacuentos, directora, productora y dramaturga con una amplia trayectoria. Ella ha sido parte del elenco permanente de la Secretaría de Cultura Federal y la Secretaría de Cultura en la Ciudad de México.

Ángel Cerlo cuenta con 35 años de desarrollo actoral, desde director hasta productor. Sus primeros pasos dentro del escenario los dio en el Instituto de Teatro de Puebla. Hasta la fecha trabaja en teatro, cine y televisión.

Pablo Ismael Moreno Viveros. Actor y director de teatro. Funda el grupo de teatro Carlos Ancira en 1990, el cual funciona hasta la fecha, es admirables que la obra de teatro ciego “La casa de los deseos” se siga representando de manera exitosa a lo largo de 20 años de manera ininterrumpida en un espacio específico para el proyecto,  en este sitio se estimulan los sentidos. Al público se le cubren los ojos con un antifaz y entra en una carpa de circo donde se desarrolla la trama.

También recuerdo a Patricia Lezama Rosas, ella es directora del grupo independiente Amapolas Negras, actriz, conductora de programas, periodista, modelo y poeta.

Oskar Santellán  con más de 30 años de experiencia como actor y director, ha sido Becario del FONCA, CONACULTA y Secretaría de Cultura. Ha participado en numerosas montajes.

Las mujeres siempre tienen que contar, por ejemplo Irma Sosa además de actriz ha promovido diversas narraciones de Puebla a través de sus tradicionales y gustados recorridos por nuestro Centro Histórico, con sus Leyendas de Puebla. Sus personajes pasean con el vestuario tipo colonial entre la gente y así logran llamar la atención; Isabel Cristina Flores Hernández, coordinadora del Foro Internacional de Teatro Universitario, FITU, talentosa directora de la Compañía de Teatro de la BUAP y directora de la Compañía de Teatro BUAP CCU, Mayho Moreno.

Marco Polo Rodríguez, actor director y dramaturgo, conforma el grupo teatral Lenguas Prietas y creó el foro teatral La Rekamara, el cual se distinguió por ser un espacio íntimo a la medida de una habitación. Algunas de sus obras han sido editadas en la revista de teatro Tramoya, editada en Veracruz y dirigida por Emilio Carballido.

¡Va un fuerte aplauso camaradas, actrices y actores que han trabajado por llevar en alto la sensibilidad poblana a través del telón que al levantarse presenta el alma de la ciudad!

 

 

 

 Edición del texto: Erika Chávez González 

Miércoles, 15 Septiembre 2021 17:29

Las figuras del teatro en Puebla, parte 2

Por Ariel Azuara Campos

“Un pueblo sin teatro, es un pueblo sin verdad”

(Rodolfo Usigli)

 El Teatro

 

El teatro universitario fue creado en 1948 por Ignacio Ibarra Mazari, pero cerro por falta de recursos en 1952; Sin embargo el Consejo Universitario al conocer la solicitud de subsidio para el teatro, en 1953 crea el Departamento de Arte Dramático, iniciando la segunda etapa del teatro ese mismo año.

Para mí, es un teatro acogedor, íntimo, pequeño con excelente acústica donde se disfrutaba de las puestas en escena de Nacho (como todos lo conocían).  Recuerdo que en el año 1999, por el sismo tan fuerte que sacudió a nuestro Centro Histórico, este escenario permaneció sin actividad, hasta que se gestiona nuevamente su reapertura, para seguir funcionando hasta la fecha.

 José Recek Saade, poeta ensayista, promotor cultural y dramaturgo funda el Teatro Popular de Puebla en 1951 y finaliza en 1963. En estos montajes  participa como primera actriz Gloria Aguilar Jiménez.


Obra del género farsa: El Calderero. Entremés anónimo que data del año 1500. Actúan: Gloria Aguilar, Alfredo Matta y Josafat Elena.

En ese mismo año Recek  promueve  el Teatro Experimental y de Vanguardia en Puebla, hasta su muerte en 1970. También fue precursor del Teatro Pánico en México, movimiento del entonces censurado Alejandro Jodorowski, tomando parte activa en estos montajes su esposa Mariana Matta.

Ahora recuerdo a Agustín Viveros Carmona, él tomó clases de pantomima con Alejandro Jodorowski, sus rutinas en ese género eran famosas. 

Jorge Gómez Haro por muchos años interpretó y con mucho éxito a Don Juan Tenorio, contratando a grandes actrices en el papel de Doña Inés, entre ellas la primera actriz Sonia Furió. En una de estas representaciones carga a Doña Inés, fracturándose una vértebra. En esta puesta Manuel Reigadas tenía el papel de Chuti y una excelente memoria, por lo mismo se sabía el papel de Don Juan, supliéndolo en la siguiente función, desde entonces tiene más de 52 años de estar representando este papel.

Manuel Reigadas crea en 1958 el Círculo Dramático Ars. En 1962 crea el Instituto de Teatro de Puebla y en la década de los 80’s funda el Centro Cultural Espacio 1900. Dentro de este se encuentran las salas Arlequín, Renacimiento, Interiores y el Café Teatro.  Su actriz más importante es la reconocida y multipremiada Ángeles Sánchez.


Imagen de Actualidad literaria

La Escuela de Arte Teatral se funda en 1961 gracias a la inquietud de Olga Ibáñez quien logra que el seminario de teatro programado para la Ciudad de México se realice en Puebla, bajo la aprobación de Celestino Gorostiza, Director del Instituto Nacional de Bellas Artes. Todo esto y con el apoyo del Club Fotográfico de Puebla quien prestó sus instalaciones, en aquel entonces ubicado en la calle 2 oriente, esquina con 5 de Mayo.


Pilar Souza, dirigiendo un montaje en la Escuela de Arte Teatral


Hugo Argüelles dando cátedra de Composición dramática en la Escuela de Arte Teatral


Toño López Mancera. Eminente escenógrafo.

 

En sus sesenta años, la Escuela de Arte Teatral ha presentado un sinfín de obras y desfilado grandes figuras de la escena, tanto maestros y como actores. En sus aulas se han formado generaciones de alumnos que en la actualidad viven del y por el teatro en Puebla.


Programa de mano


Olga Ibañez como Fenisa


Los signos del zodiaco (1964). Ma. Luisa Amador (Eloina) y Ariel Azuara (Lalo)

Bajo la dirección de Francisco Jaramillo, se funda el Teatro Normalista de Puebla  en el año 1963, Su trayectoria duró 55 años de manera ininterrumpida hasta el deceso de Jaramillo en 2018. Por más de medio siglo este sitio fue un buen semillero de actrices y actores. De los múltiples montajes se desprende la exitosa temporada de “La noche de los asesinos”.

Carlos Robles, egresado del Instituto de Arte Escénico en México; maestro de teatro en la Universidad de las Américas, Universidad Iberoamericana y Benemérita Universidad de Puebla, escritor de novelas, dramaturgo, tiene varias publicaciones bajo el seudónimo de Roble Coraza. Actor del drama holista. Ha sido Director de la Compañía de Teatro de la Universidad de las Américas.

Wiily Cabello llegó a nuestra ciudad en 1988 invitado por la Compañía de Teatro de la Universidad de las Américas para dirigir El Concierto de San Ovidio, quedando de manifiesto la calidad de su dirección.


Willy Cabello y Erika Chávez en la Universidad Iberoamericana

 

En ese mismo año funda el teatro profesional A Trasluz, montando obras de vanguardia,  entre ellas El Yanqui, El Cepillo de Dientes. Fue Director del grupo de teatro de la Universidad Iberomericana e inspiró de tal manera a los integrantes del grupo universitario, que de ahí continuaron una vida profesional en torno a este bello arte.

Ángeles Sánchez actriz escritora y productora con más de 43 años como actriz, siendo una primera figura de la escena poblana por su gran rango actoral que abarca todas las disciplinas, cine, radio, teatro y televisión, dando por resultado ser multi premiada en su amplia trayectoria.

Marko Castillo egresado de la Escuela de Arte Teatral de Puebla, actor, director y dramaturgo, junto con Víctor Puebla y Ricardo Pérez Quitt crearon el primer grupo de Teatro Independiente de Puebla. Castillo también creó el grupo teatral Salvador Novo.

 

 
Marko Castillo y Víctor Puebla

 

Entre Marko Castillo y Víctor Puebla crean el Divertimento Poblano y Mexicanerías. Fue director de la compañía de teatro, Teatrofilia AC y director de la compañía del IMACP, tanto como actor y director fue merecedor de múltiples premios.


Marko Castillo y Laura Fernández (Foto de Teatrofilia AC)

Víctor Puebla actor y director de teatro. En el teatro universitario y junto a Marko Castillo hicieron la mancuerna perfecta uniendo sensibilidad y creatividad, para lograr importantes montajes de los clásicos del teatro.

Nuevamente  juntos Marko Castillo y Víctor Puebla crean varios espectáculos donde se integraba actuación, música y danza; por ejemplo Divertimento Poblano,  la Poblanería de los Ángeles, Chava ese chavo que salvó a Salvador, en honor del compositor Chava Flores.

El teatro ha dado tanto a Puebla... sigue la tercera parte, donde seguro encontrarás nombres de actrices y actores que has vistos en escena. 

Edición del texto: Erika Chávez González 

 

Te puede interesar LAS FIGURAS DEL TEATRO EN PUEBLA, PARTE 3

Miércoles, 15 Septiembre 2021 17:00

Las figuras del teatro en Puebla, parte 1

 

Por Ariel Azuara Campos

 

“Un pueblo sin teatro, es un pueblo sin verdad”

(Rodolfo Usigli)

En Puebla hay muchas verdades, inspiradas por la antigua Grecia, cima de la civilización, donde nació el teatro griego a partir de las fiestas en honor al dios Dionisio (las dionisiacas) a través de danzas y cantos corales en los siglos VI y V a. de C.  Esto sucedía durante la primavera. El carro de Tespis, un poeta lírico iba de pueblo en pueblo organizando las fiestas locales representando textos literarios para bailar y cantar. Ante la y por medio del coro, creaba el diálogo dramático, surgiendo así la tragedia.

Posteriormente hacen su aparición los padres de este género: Esquilo, Sófocles y Eurípides y más adelante el padre de la comedia: Aristófanes. Este milenario arte, llegó a todas las culturas del mundo. 

En nuestro país el teatro jugó un papel sumamente importante en la Conquista como factor de evangelización y en la actualidad es un medio por el cual los individuos plantean problemas que afectan a una sociedad.

En la ciudad de Puebla, de la misma manera que en Europa de los siglos XVI y XVII se le llamó Corral de Comedias a un estilo de teatro público instalado en patios y corrales descubiertos; en ellos se representaban obras del siglo de Oro de los dramaturgos Lope de Vega, Pedro Calderón de la Barca y Tirso de Molina.

México también aportó dos grandes dramaturgos: Sor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruíz de Alarcón. En Puebla ya como teatro formal y comercial se inauguró el Teatro Principal en 1760, desde entonces sigue funcionando como el primer teatro de América en pie.   A partir de mediados del s. XX yo he sido participante y testigo del teatro poblano.


Díptico de la remodelación del Teatro Principal en 2010.

El clérigo Manuel Teyssier en 1942 crea el grupo de teatro Juventud, donde se presentaban sainetes para público muy sencillo en la iglesia localizada en el barrio de El Alto.

 

Miko Viya dramaturgo, promotor y director de teatro, estudió arte dramático en Baylor University en Waco Texas y dirección teatral en Paris. Fue de los primeros en formarse de manera profesional, porque en aquella época la vena del teatro era más sensible que técnica. En Puebla funda el teatro francés en 1942 y el Grupo de Teatro Francés en 1947, quizá  a partir de las inquietudes del alumnado del famoso colegio Howard, del cual fue maestro. Al paso del tiempo varios actores fuimos participando de sus obras, por ejemplo Mata Hari, en ella mi personaje fue “El Agente Babosón”.

Miko Viya, genial artífice del teatro poblano.

 


Ariel Azuara en la obra Mata Hari, dirigida por Miko Viya.

A partir de 1951 trabajó en Telesistema Mexicano (Antecedente de Televisa) como director de tele teatros de Fernando Soler, Teatro Fantástico, Pepita Gomís y su Tele Kinder, La Hora de Bellas Artes, Sin Comentarios con Agustín Barrios Gómez. El derroche de creatividad de este director poblano se reflejó en sus más de 92 series en televisión y varios programas del Festival Cervantino.


Fernando Soler


Enrique Alonso (Cachirulo)


Pepita Gomís

Su amor por el arte incluso le llevó a escribir varios libros sobre tradiciones de la Puebla antigua y obras de teatro. Aún conservo los libros autografiados por él, era un excelente conversador, maravillosa persona de quien tuve la fortuna de ser dirigido y amigo personal. El teatro ha dado mucho más, pero de esto continuaré en la segunda parte. 

Edición del texto: Erika Chávez González
 

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Lunes, 13 Septiembre 2021 21:24

Sueños de barro quemados en fuego

Por: Mónica Franco


¿Cuántos recipientes de barro tienes en tu casa?, ¿cuántas cazuelas, ollas o jarrones tienes para cocinar o conservar agua? Si son dos o tres no importa, eres una persona afortunada: tienes el pedacito del alma de un alfarero, además de un recipiente que dará mejor sabor a tus alimentos.
María Lourdes Candelaria Maceda Huerta tiene decenas de historias que contar acerca de su larga experiencia en el magisterio. Sin embargo, algo de lo que más atesora son las cuatro cazuelas de barro elaboradas de los sueños de barro de algún alfarero, las cuales resguarda en su hogar.
Lulú guisa en estas cazuelas los más tradicionales platillos poblanos, aderezados con los recuerdos de su infancia en el Barrio de La Luz. Sostiene que los artesanos son soñadores que, antes de trabajar el barro, la talavera, la madera o los bordados, imaginan y luego realizan sus piezas únicas y maravillosas.
De niña, Lulú se sentaba frente al horno que quemaba las enormes cazuelas de campana para los moles, o los sahumerios y candelabros vidriados en negro, para la temporada de muertos. Las rebabas que se desprendían en el proceso saltaban aún con fuego, como si danzaran; así recuerda ella las tardes que pasaba en el taller de alfarería de su padre, Luis Maceda Estévez, que se ubicaba en la 16 Norte número 3, en el Barrio de La Luz.
Algunas figuras de barro, que la maestra coleccionó por años, se encuentran a resguardo de la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Puebla. Ella las donó en 2017, con la intención de que se difundiera el uso de utensilios de barro como parte del patrimonio cultural inmaterial de nuestra ciudad.
Entre estas piezas de colección están tres pescaderas de diferentes tamaños, que se utilizaban para una exhibición estética de los alimentos en la mesa —conservas de calabaza, duraznos, tejocotes; chiles poblanos rellenos de queso, manchamanteles o pescado tenso (seco y salado)—, así como dos ollas y una jarra para conservar el agua más fresca.

 Pescaderas, pieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX

Además, hay dos picheles, jarras de cuerpo alto y redondo que se ensanchan en la base; un jarrón con el rostro de un apache, elaborado exprofeso para el pulque; un jarro de trampa, llamado así por los agujeros y las tres boquillas que ostenta en su cuello, que simulan que el agua se regará al servirse.

 
Pichel sin decorado, pieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 

 
Pichel con decorado, pieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 

El Apachepieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 

En el conjunto también se observa un pequeño bracero, con una ollita encima; estos eran empleados para sahumar con incienso. Un florero y una figura decorativa de un panzón, similar a los tradicionales de Corpus Christi.

Bracero con ollitapieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 

Floreropieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 

 El Panzónpieza donada por María Lourdes Candelaria Maceda Huerta. 
Colección Alfarería del Barrio de La Luz s. XX 


Enérgica, tal como lo fue como supervisora de zona escolar, Lulú asegura que los chiles en nogada se debieran servirse en un plato de barro hecho en el Barrio de La Luz, y no en uno de talavera; al mismo tiempo declara que en Puebla “se dejó de vender talavera original […] que muchas veces sustituyen por cerámica o mayólica que traen de Guanajuato […] Si se quiere auténtica, hay que saberle, yo la compro en Artesanías Poblanas Joselito o en Arte Rodríguez con el licenciado Benjamín”.
Lo mismo comenta sobre el pozole de las fiestas patrias, que debería servirse en tazón de barro. Igualmente, que los pipianes, ayocotes y, por supuesto, el mole poblano, se deben cocinar en cazuela de barro. Incluso los quesos fundidos con chorizo saben mejor hechos en cazuelas torteras de barro, afirma Lulú. Aclara que no es enemiga de la talavera, pero insiste que, en sus tiempos de juventud, hasta el chicharrón se freía en cazuela de barro.
Para esta amante de la alfarería, es solo un mito que se siga utilizando greta (óxido de plomo) para esmaltar o vidriar el barro, situación por la que las amas de casa cambiaron las cazuelas de barro por las de aluminio y peltre. En los noventas, la popularidad de los sartenes y ollas de teflón incentivaron, aún más, el desuso del barro.
Es curioso cómo los recuerdos de Lulú y la alfarería siempre se mezclan con los platillos típicos. Por ejemplo, recuerda que antes de iniciar con el quemado de candelabros y sahumerios de las ofrendas de la temporada de muertos, un sacerdote bendecía el horno, se echaban cohetes y después se comían envueltos de mole poblano.
Por otro lado, nos comenta que el proceso de quemado del barro era riesgoso, por lo que existía una persona dedicada a ello: el hornero, quien, junto con sus auxiliares y echando mano de una varilla, se ayudaba para atizar las brasas de fuego, esas que ella de niña veía que danzaban por los aires. Quizá por eso, de jovencita, se convirtió en danzante folclórica y sacaba fuego del piso con su zapateado.
Este texto es parte de las raíces y los recuerdos de la memoria oral y escrita de la profesora Lulú, orgullosa hija de un alfarero.
Aquí las personas y familias que recuerda y que le gustaría que algún día fueran reconocidas: Sr. Miguel conocido como El Pajarito, el creador de las piezas donadas que se describen en este texto; el Sr. Jerónimo Alonso y su esposa Leonila Pérez; los hermanos Gómez Ponce, los cuates Rodríguez y su padre; Don Melitón, José Soriano e hijos; Francisca García e hijos; Antonio Villarados e hijos; Sr. Álvaro González (Comboy); Sr. Félix y esposa, familia López; Los Gordos o Churumbeles; Gerardo López Álvarez y Librado Salamanca e hijos.

 

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