De la sección "Te recomiendo, poblano" de la Revista Cuetlaxcoapan
Vanya Ponce Valerio
Con alrededor de 2,619 monumentos catalogados, Puebla es una ciudad reconocida a nivel internacional por su notable desarrollo histórico, económico y cultural. El trazado de sus calles ha sido objeto de estudio y admiración a lo largo de su historia. Este trazado, hoy en día, toma como punto central y de partida el Zócalo, enmarcado por los famosos portales y por edificios que han sido testigos presenciales del paso de los siglos. Esta icónica plaza es el escenario que contiene algunos de los monumentos más representativos de la Ciudad, mismos que puedes conocer en menos de 400 pasos.
La selección, elaborada especialmente por la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural, inicia en el Monumento Puebla, Patrimonio de la Humanidad, centrado en el poniente del zócalo. En éste se erigen dos ángeles sobre un pedestal de mármol, colocados para conmemorar el 6° Coloquio Internacional de la OCPM, sede Puebla – 2001, donde se enalteció el nombre de Puebla como Ciudad Patrimonio UNESCO, título que ostenta desde 1987. Continuando con el recorrido, hacia el centro de la plancha encontrarás la Fuente de San Miguel dedicada al arcángel protector de Puebla; fue elaborada en cantera y ha sido un monumento errante desde su creación (en 1777), que se encuentra en el corazón de la Ciudad. Con dirección al noreste encontrarás el Asta Bandera Monumental que tiene, desde 2007, la finalidad de marcar la identidad nacional cada vez que se iza la Bandera, a una altura de 11.5 metros. Siguiendo con este camino, virando hacia el este, verás desde la distancia la 4. Estructura Circular Bosque de la Vida, creación de Jan Hendrix, que representa un homenaje a Ángeles Espinosa Yglesias: poblana, apasionada de las causas culturales, cuyo trabajo permanece reflejado en el Museo Amparo y que a su muerte, en 2007, inspiró la creación de esta escultura de aluminio laqueado con seis metros de altura. Saliendo de la plancha del zócalo y con dirección norte, sobre la Avenida Juan de Palafox y Mendoza, encontrarás la última parada de este recorrido, la Maqueta del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, inaugurada en 2008. Esta representación a escala de una sección del polígono está forjada en cobre y es de gran utilidad para turistas y visitantes.
Como recomendación particular, te invito a llegar al Parque Vicente Lombardo Toledano (Avenida 5 Oriente, equina con 4 Sur) donde podrás admirar el Mapa de la Ciudad de Puebla en Talavera, donado en 1998 por Sistemas de Información Geográfica, S.A. de C.V., y elaborado por Talavera la Luz, el cual representa un plano de la Puebla de los Ángeles del siglo XVIII.
¿Te gustaría contar tu experiencia realizando el recorrido? Puedes escribirnos a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. .
por María del Rosario Aguirre Langle
Nací en Puebla, mi familia es de Puebla, amo entrañablemente a Puebla y me siento orgullosa de ella. Entre los festejos que más me hacen sentir este cariño es el desfile del 5 de Mayo, el que conmemora la victoria de 1862, cuando un puñado de hombres defendió la patria contra el Ejército francés, el más poderoso de ese tiempo.
Pero el desfile vistoso y colorido que hoy conocemos no siempre ha sido igual, no siempre ha recorrido las mismas calles y no sólo significa una fecha importante en el calendario escolar.
Les diré que rondando los años 60 el desfile se realizaba desde el Paseo Bravo hasta San José, porque el bulevar Héroes del 5 de Mayo todavía no existía porque el río San Francisco fue entubado en 1962, al cumplirse el centenario de la Batalla del 5 de Mayo.
En mi caso, empecé a desfilar desde cuarto grado de primaria, y la verdad es que siempre me gustó hacerlo. Pero mis mejores recuerdos son ya en secundaria.
Asistí a una escuela privada, sólo para señoritas, tal y como era la costumbre. Tuve de directora una religiosa muy activa, alegre, comprensiva pero exigente que desfilaba con nosotras tocando el tambor y dirigiendo los contingentes.
Nos reuníamos en el Paseo Bravo, y conforme iban llegando las escuelas nos daban nuestro lugar: primero las escuelas oficiales, luego las privadas, Centros Escolares, Asociación de Charros y Bomberos.
El trayecto era por avenida Reforma, dábamos vuelta en la 5 de Mayo, seguíamos la 3 Oriente, luego vuelta en la 2 Norte hasta San José, donde concluía el desfile y cada quien a su casa.
Como las calles del Centro Histórico son angostas, la hilera máxima era de ocho alumnos cada una.
Recuerdo que mi abuela me ponía en una bolsita de plástico un limón partido a la mitad para que lo chupara y no me fuera a desmayar.
Junto a mi escuela se formaban el Colegio Humboldt, El Central, El Vicente de Paúl (mejor conocido como Esparza), el Benavente y el Trinidad Sánchez Santos, escuela que era muy aplaudida y reconocida porque era la única en ese tiempo que contaba con bandas de guerra y música, y siempre iniciaba el desfile tocando la “Marcha de Zacatecas”.
¡Ah! Y cuando pasaban marcando los Centros Escolares todos gritaban: “¡Ahí van los cirqueros!”
LAS DIFERENCIAS
En esa época los jóvenes estudiantes del famoso Carolino se sentaban en las banquetas para decir piropos, echar una flor o un beso a la novia en turno; cuando querían propasarse con alguna chica se llevaban buenos golpes en los dedos con las baquetas del tambor, ya que en las escuelas mixtas colocaban a los varones en las orillas para proteger a sus compañeras.
Había escuelas que traían pleito casado con otras, ya fuera por líos de faldas y pantalones, o porque tocaba mejor la Banda de Guerra de tal o cual instituto educativo; por ejemplo, la Venustiano Carranza contra la Normal del Estado, actualmente BINE.
A los alumnos del Instituto Normal del Estado les decían “Los Pericos”, por el color verde de su uniforme. A nosotras nos decían “Las Cocacolitas”, porque nuestro uniforme era azul marino y rojo.
En la esquina de la 13 Norte con 3 poniente existía una cafetería que hacía “su agosto” con el montón de estudiantes que entrábamos el 5 de Mayo a comprar paletas heladas, sándwiches, capuchinos, galletas, pulseras, perfumes, lápices labiales, llaveros, tartas, refrescos de todas marcas, fríos o al tiempo. Ahí se hacían novios o se rompían noviazgos. Para mí fue maravilloso ese lugar, y con todo mi grupito de amigas echábamos relajo. Un año gastamos entre todas $20.00, muchísimo dinero para esa época. Recuerdo que durante tres domingos mi papá no me dio dinero.
EL DESFILE DE LAS FLORES
Puebla se engalanaba desde el día anterior al 5 de Mayo con los Cadetes del Heroico Colegio Militar y de la Naval de Veracruz que paseaban por el zócalo, siendo la atracción de todas las chicas casaderas.
Por la tarde-noche del 5 de Mayo se hacía un confeti de flores, sobre la avenida Reforma pasaban en carros preciosos descapotables, vehículos desde donde las señoritas lanzaban flores y sonrisas. Este recorrido se canceló porque la gente empezó a arrojar huevos con harina.
Sin duda estos desfiles llenaron una parte de mi adolescencia, época donde me sentaba en las jardineras de El Carmen para saborear mi paleta de guanábana de La Michoacana y observar, junto a mis compañeras, el cielo hermoso de esta inigualable Puebla.
Redimensionar el Centro Histórico en su funcionalidad, habitabilidad, forma y desarrollo, para permitir la inclusión social, académica y empresarial, a través de la libre convivencia familiar, con una visión turística sustentable y de disfrute del patrimonio edificado.
Ser un Organismo Público consolidado y reconocido regional, nacional e internacionalmente capaz de atraer, promover y gestionar acciones en beneficio del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, vinculando el quehacer y la colaboración de los sectores público privado y social.
Fortalecer el desarrollo sustentable del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla, mediante la promoción, preservación y protección del Patrimonio Cultural así como incentivar la vinculación, inversión y el trabajo conjuno del sector público, privado y social.
En la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural nos dedicamos a preservar y mejorar el corazón de Puebla. A efecto de que perdure y se enaltezca como testimonio único universal.
Puebla Patrimonio del Mundo.
Centro Histórico, #CasaDeTodos.
El 11 de diciembre de 1987, el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, se agregó a la Lista del Patrimonio Mundial por su “valor universal excepcional”. Con casi cinco siglos desde su fundación, la ciudad de Puebla "ha conservado grandes edificios religiosos, como la catedral que data de los siglos XVI y XVII, palacios magníficos, como el del arzobispado, y un gran número de casas con paredes cubiertas de azulejos" (UNESCO).