Daniel Ramos García
El Barrio del Alto forma parte de los 14 barrios históricos que rodean el Centro Histórico de Puebla. La historia indica que, oficialmente, la ciudad de Puebla se fundó el 16 de abril de 1531, a las orillas del río de San Francisco, hoy Bulevar Héroes del Cinco de Mayo. Según Nayeli Balbuena (2015) el barrio se segregó de la ciudad, debido a la división del río de San Francisco, por lo que los barrios de origen indígena quedaron del lado oriente al río y, del otro lado, los españoles. Esto derivó en una segregación racial.
El Barrio del Alto se caracteriza por ser un espacio habitado por la historia y las desigualdades. En él habitan personas que se han quedado a vivir generación tras generación y tienen una relación de apropiación con el espacio; otras son relativamente nuevas. En el barrio hay una serie de espacios y edificios de gran diversidad: hospitales, iglesias, conventos, bibliotecas, ex fábricas, fábricas, vecindades y unidades habitacionales, parques, internados, museos, edificios gubernamentales, hoteles y restaurantes y un centro comercial, los cuales convocan tanto a vecinos del barrio como a personas que vienen de otras partes de la ciudad. Además, en este barrio histórico se desarrolla una serie de festividades donde participan vecinos que habitan el lugar y otros vecinos que guardan una relación familiar con los mismos habitantes.
Para el sociólogo Emilie Durkheim (2008), la fiesta es un componente del ritual y aparece como un acto conmemorativo donde se observan componentes lúdicos y de cohesión social. La fiesta siempre está elaborada desde y para la comunidad.
El filósofo y sociólogo Jean Maisonneuve (2005) menciona que la fiesta presenta una doble condición, ceremonial y divertida, de un grupo de personas que recuerdan actos importantes para la comunidad. Así, explica:
se expresa como una suerte de desorden generalizado ruptura de las normas y las prohibiciones (especialmente sexuales), excesos (comilonas y borracheras), inversión de roles y de los atributos (en materia de poder y de vestido) anulación y parodia de la autoridad en virtud, despilfarros de todo tipo.¹
En este mismo sentido, Scribano y Boito (2012) complementan que la fiesta modifica las condiciones de quienes participan en ella y se presenta con tres rasgos característicos: es un corte tiempo-espacio en la vida vivida, es una alteración temporal del orden y es una inversión contingente de las jerarquías. Desde esta mirada, la fiesta y el ritual transforman y modifican el tiempo, el espacio y las personas que participan en ella.
Mercado El Alto, 2017. Foto de Billy Reynoso S.
De este modo, en la fiesta hay una alteración del espacio y del tiempo, por lo que afecta a los participantes: los roles se desdibujan, los excesos se exaltan y el papel de la comunidad es importante, lo mismo que la memoria que apela al recuerdo. Todo se conjuga en efervescencia y algarabía, pero también en divisiones y conflictos.
En el Barrio del Alto, la fiesta tiene un lugar primordial, pues en buena medida organiza la vida de los habitantes a través de un calendario y formas de organización que convocan a distintos sectores de la población. En las fiestas, aunque si bien son religiosas, impera más la tendencia hacia lo pagano. A continuación, hago una breve descripción de las principales festividades que se realizan en el barrio.
» El carnaval: es quizá la festividad que dura más días. Algunas veces se extiende hasta un mes. Esta festividad es previa a la Semana Santa y se puede observar, por lo menos, a dos cuadrillas de bailadores, es decir, grupos organizados de personas que bailan distintos bailables en el espacio público, calles, esquinas y plazas. Algunos llevan música tocada en vivo por músicos especializados; otras cuadrillas llevan equipo de sonido y la música solo se reproduce. El carnaval es vistoso por la indumentaria colorida, por la música, los bailes y la algarabía pública. El cierre de esta festividad se hace con un baile masivo de grupos musicales y el consumo vasto de bebidas alcohólicas.
» El antiguo viacrucis, en Semana Santa: es un recorrido religioso que se hace sobre las calles del barrio y haciendo paradas en 14 capillas que tiene el barrio. El recorrido es una emulación al viacrucis de Jerusalén y es responsabilidad de los monjes franciscanos en convenio con las autoridades municipales. Ese día llegan personas para integrarse a recorridos guiados y escuchar las explicaciones, además de reconocer las capillas. En el barrio se guarda cierta solemnidad, pues los habitantes reconocen esta festividad religiosa, aunque los participantes son, en su mayoría, personas externas.
» El Calvario, en Semana Santa: es la celebración pagana de la Semana Santa. Se instalan puestos sobre el Antiguo Paseo de San Francisco. Esta festividad se desarrolla una vez que termina la procesión de Viernes Santo, que se desarrolla en el Centro Histórico. Hay venta de comida típica (chalupas, cemitas, envueltos, cocos, cerveza, aguas, nieves, tacos, pan de fiesta, cañas, por mencionar algunos productos). Los asistentes llegan a recorrer y a consumir en los más de cien puestos dedicados a la venta. La festividad dura uno o dos días, dependiendo de los permisos del Ayuntamiento.
» Día de la Cruz, 3 de mayo: es la fiesta del Barrio del Alto y está ligada a la celebración también de los albañiles que se han apropiado de la Cruz como un signo de la construcción. Sin embargo, en el barrio está ligada a la iglesia principal que lleva el nombre de la Santa Cruz. Ese día, además de la celebración religiosa, también hay cierre de calles para la instalación de rings de pelea de lucha libre o box. Algunas veces también hay baile, ya sea por algún sonidero o por la contratación de un grupo musical. El sonido de los cohetes y del movimiento festivo es notorio.
Integrante de la cuadrilla de Huehues del Barrio El Alto, 2017. Foto de Billy Reynoso S.
» Día de Guadalupe, 12 de diciembre: la organización de la fiesta está a cargo de un grupo de vecinas que se conforman como un comité de la fiesta. Solicitan apoyo a los vecinos, ya sea con alimentos o con dinero en efectivo. Hay misa en los altares, mariachis que entonan la canción de las Mañanitas. Aunque en el barrio se pueden observar distintos altares, el que mantiene la fiesta es de la calle 18 Oriente, pues es un altar más grande. La calle se cierra y la fiesta se desarrolla entre comida, bebida y, muy pocas veces, baile. La fiesta se prolonga solo con algunas pocas personas que se quedan bebiendo toda la noche y quemando cohetes.
» San Judas, 28 de octubre: es una festividad que está organizada por los vecinos, principalmente jóvenes que piden dinero, cargando la imagen de San Judas, en las esquinas a los automóviles del transporte público. Hay por lo menos dos altares al santo, y la organización es por separado. Cada altar tiene su fiesta sin que se liguen, necesariamente, los dos altares. Se realiza una misa; luego, los creyentes beben bebidas embriagantes durante largas horas de la noche mientras los sonideros reproducen música, y algunos vecinos se reúnen para bailar.
Las festividades en el Barrio del Alto son religiosas y, como hemos visto, tienen su lado pagano. Las celebraciones organizadas desde las instancias religiosas o municipales no tienen gran relevancia entre los habitantes, por ejemplo, el recorrido del Viacrucis; incluso, el 16 de abril, fecha de la fundación de la ciudad, se queda en un acto netamente político. Las festividades que van más allá de lo religioso se organizan alrededor de los vecinos y hacen uso del espacio público del barrio. Pero también es importante señalar que la organización de la fiesta depende de un grupo de vecinos, pues no todos participan.
Como hemos visto, la Semana Santa deriva en distintas festividades del barrio. Se pueden observar al menos tres fiestas que integran esta temporalidad, donde la iglesia, el municipio y los habitantes del barrio tienen una participación específica. Por otro lado, en las fiestas no necesariamente se presentan excesos, sobre todo en las fiestas donde la institución religiosa es la responsable de la organización, no así en las festividades donde los vecinos tienen mayor participación, nos referimos al carnaval y a la Santa Cruz.
Finalmente, es importante subrayar que la fiesta no se entiende solo por las prácticas, sino más bien por la irrupción temporal y la transformación del espacio barrial.
Daniel Ramos García. Doctor en Antropología Social y profesor investigador del Colegio de Antropología Social de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
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