Carta Editorial

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El rescate, cuidado y preservación del patrimonio histórico es una labor primordial, que concierne a los tres órdenes de gobierno y a las dependencias creadas para dicho fin, como el Instituto Nacional de Antropología e Historia y, en el caso de Puebla, la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural. Sin embargo, sin importar los recursos humanos y económicos que se pongan en práctica, la misión difícilmente logrará sus objetivos si no cuenta con el apoyo y la participación de la ciudadanía, porque la preservación del patrimonio, tanto tangible como intangible, es responsabilidad de todas y todos.

Conscientes del papel decisivo que juega la sociedad en la defensa del patrimonio, el Centro INAH Puebla y la Gerencia del Centro Histórico organizaron en diciembre de 2020 el Primer simposio regional “Crecimiento urbano: reflexiones acerca de la ciudad y su relación con los sitios arqueológicos conurbados”. En dicho evento se dieron cita arqueólogos, historiadores y especialistas, investigadores de varias universidades, así como investigadores independientes, agrupaciones culturales y vecinas y vecinos que se han involucrado activamente en la preservación de la riqueza arqueológica que existe en sus Juntas Auxiliares. El diálogo fecundo entre la academia, las instituciones y la sociedad civil, dio por resultado una serie de reflexiones que recuperamos en este dossier, que conjunta la descripción precisa de las zonas arqueológicas, el análisis del papel que tuvieron en la conformación del México Prehispánico, y la enorme trascendencia que tienen actualmente como símbolos de identidad cultural.

En el Municipio de Puebla se tienen registradas 13 zonas arqueológicas, a las que se suman otras 3 que están en proceso de incorporación. Cada una de ellas presenta realidades distintas, desde casos como San Francisco Totimehuacán o la Cueva de los Murciélagos, en la comunidad de Rosario La Huerta, en donde las vecinas y vecinos se han convertido en protagonistas de la defensa del patrimonio, hasta otras menos afortunadas, en las que los vestigios arqueológicos no han sido debidamente apreciados por la comunidad y están en serio peligro de desaparecer. Pero todas enfrentan la amenaza que implica el crecimiento de la ciudad y la especulación inmobiliaria, y el desafío de lograr un equilibrio que posibilite el desarrollo de sus comunidades sin poner en riesgo la existencia de los sitios arqueológicos. El reto es enorme, y sólo la suma de voluntades, instituciones y actores lo hará posible.

Agradecemos profundamente a Manuel Villarruel Vázquez, Director del Centro INAH Puebla, y a todo su equipo, por su labor incansable. A Yesenia Hernández García y Manuel Alfonso Melgarejo Pérez, por su compromiso en la conformación de este dossier, y por supuesto a las vecinas y vecinos de las Juntas Auxiliares que día a día custodian, recrean, investigan, divulgan y viven con orgullo su patrimonio cultural y su herencia histórica.

 

María Graciela León Matamoros

Encargada de despacho de la Gerencia del

Centro Histórico y Patrimonio Cultural