
El 11 de diciembre de 1987, el Centro Histórico de la ciudad de Puebla, se agregó a la Lista del Patrimonio Mundial por su “valor universal excepcional”. Con casi cinco siglos desde su fundación, la ciudad de Puebla "ha conservado grandes edificios religiosos, como la catedral que data de los siglos XVI y XVII, palacios magníficos, como el del arzobispado, y un gran número de casas con paredes cubiertas de azulejos" (UNESCO).