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Zócalo y Fuente de San Miguel

Foto: Ángel Vidal

La plaza mayor de la Puebla de los Ángeles es tan antigua como la ciudad misma, creada en 1531 cuando se traza la ciudad convirtiéndose a partir de entonces en el centro neurálgico de la ciudad por su ubicación central, los usos y funciones que se le asignaron y por ser una de sus esquinas el punto central de la división cardinal de sus calles y avenidas.

Las dimensiones del también llamado zócalo son equivalentes a los de una manzana de la ciudad en su parte sur lo delimita la Catedral; al oriente se ubica el portal de las flores (actualmente portal Morelos); en el norte se localizaban las Casa Reales, hoy Palacio de Ayuntamiento, la Alhóndiga y el portal de la Audiencia (portal Hidalgo); por último, el portal de Borja (Juárez), llamado también de los libreros en honor a don Juan de Borja que tenía establecida allí su librería, cerraba el rectángulo al poniente.

Entre su mobiliario permanente contaba con la picota –símbolo de justicia-, la fuente pública y los “cajones” (puestos fijos) donde se comerciaba a diario desde 1714 con hortalizas, frutas, vino, azúcar, lino y otros comestibles más. En el siglo XVI el tianguis se hacia los días jueves y en la siguiente centuria, los jueves y sábados. Seria hasta el siglo XIX que desaparecería definitivamente esta costumbre, trasladando a los vendedores de ropa y artesanías al recién construido Parían y a los que ofertaban abarrotes y comestibles al nuevo mercado La Victoria.

El lugar también ha sido lugar de esparcimiento y de cohesión social, un sitio donde en la época novohispana se recibía y festejaba a las nuevas autoridades civiles y/o religiosas (virreyes, gobernadores, arzobispos, obispos, etc.) o se presenciaba sus funerales; donde también se festejaba al santo patrono de la ciudad, la entronización o exequias fúnebres de un monarca español, el arribo de la flota de Indias, algún triunfo militar de España en Europa, el nacimiento, bautismo o matrimonio del heredero de la colonia real española; se participa en procesiones religiosas, autos de fe, ejecuciones públicas de delincuentes, pregones de edificios, ventas de oficios, remates de bienes y ordenanzas municipales. Ya en el siglo XIX, seria escenario del aislamiento de las milicias urbanas para la defensa de la ciudad de los frecuentes sitios que se lo impusieron, razón por la cual también se le llamaba Plaza de Armas.

En el siglo XVIII fue parte de su mobiliario de obelisco que el gremio de plateros mando erigir para conmemorar el ascenso al trono de Carlos III, y la fuente barroca de San Miguel Arcángel, patrono principal de la ciudad, que se sustituyó a la del siglo XVI, obra del maestro mayor en arquitectura Juan Antonio de Santamaría, realizada en el año de 1777.

 

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H. Ayuntamiento de Puebla. (2009). Guía. Arquitectura representativa de la ciudad de Puebla (2ª ed.). México, México: L'anxaneta Ediciones.